(Este es un pequeño adelanto
de un fragmento de mi nuevo libro “Mi hijo es el mejor, y además es mi hijo”
que se publicará en breve, dirigido a padres de deportistas jóvenes y
recomendado a entrenadores, directivos, psicólogos y quienes tienen
responsabilidades en el deporte de base)
Uno de los principales valores que puede desarrollar el
deporte colectivo es trabajar en equipo. Esto supone, en primer lugar, aceptar
que no eres tú solo, sino que tienes que cooperar con tus compañeros y
adaptarte a la directriz común que el entrenador señala, que puede no ser la
que a uno le gusta. Hay chicos y padres que lo comprenden bien desde el primer
momento. A otros les cuesta más. Muchos lo entienden cuando les favorece, pero
no cuando les perjudica. Algunos no llegan a comprenderlo, o no quieren
comprenderlo, y van a su bola. Estos últimos, salvo que sean verdaderamente
excepcionales, e incluso siéndolo, es difícil que avancen y lleguen lejos. La
cooperación y el sentido de equipo son clave; y tarde o temprano, tanto en el deporte como en otras
facetas de la vida, todos necesitamos ayudar y ser ayudados, por lo que
aprender a trabajar en equipo es algo muy valioso.
Uno de los asuntos más relevantes en un equipo deportivo es
el de la titularidad y la suplencia. Según pinte, es una de las principales
fuente de satisfacción, descontento o queja de jugadores y padres. En la gran
mayoría de los casos, los que juegan más en los partidos (y sus padres) están
más satisfechos que los que juegan menos (y sus padres). Es lógico. Lo que los jugadores quieren es jugar. Para eso están ahí. Algunos se sienten cómodos jugando
poco, pero son una minoría. Si estás en un equipo de fútbol, vas a entrenar
dos, tres o cuatro días a la semana y tienes un partido los sábados, lo que
quieres es jugar ese partido; y si puede ser entero, mejor. Una sana aspiración
que denota interés y motiva para esforzarse y ganarse el puesto; pero que si no
se satisface mínimamente, puede provocar frustración, desmotivación y el
abandono de la actividad. Como es obvio, no todos los jugadores de la plantilla pueden jugar siempre todo el partido; pero si un chico apenas
juega, sobre todo en las edades más tempranas, lo normal es que se aburra, se
enfade, se desanime, y si tiene otra alternativa que le atraiga, pierda interés por el
deporte y acabe retirándose.
Ahora bien, los chicos deben disponer de tiempo de juego en
los partidos siempre que se lo ganen. En ocasiones, la idea de que todos tienen
que jugar con independencia de su nivel deportivo ha sido mal interpretada. He
visto defender que cuando se trata de chicos pequeños, en los partidos tienen
que participar todos aunque falten a entrenar sin causa justificada, se pasen
el entrenamiento molestando a los demás, desobedezcan al entrenador o no se
esfuercen. Un gran error educativo. Jugar es el premio que hay que ganarse con
el comportamiento y el esfuerzo durante la semana. Se puede admitir que un niño
tenga menos condiciones o juegue peor que los compañeros, pero no que falte,
sea impuntual, se comporte mal o no se esfuerce dentro de lo razonable. Si se
pretende que el deporte no sea simplemente una actividad de ocio, sino una
poderosa herramienta educativa para el propio deporte y la vida en general, es
clave vincular la participación en los partidos a estos elementos. Si el chico
cumple, se comporta correctamente y se esfuerza en los entrenamientos, se le
premia con un tiempo de juego razonable. Si no es así, no se le puede equiparar
a los compañeros que cumplen, se comportan y se esfuerzan. La lección pretende
que el muchacho aprenda que el premio tiene un coste que depende de él, que se debe respetar a
los compañeros que cumplieron y que podrá jugar cuando cumpla como ellos. Asimismo, es muy conveniente que sea el que sea el nivel deportivo, todos los jugadores pasen por el banquillo y vivan esa experiencia. Así, aprenderán a estar en un equipo remando desde las posiciones que menos gustan y comprenderán mejor a los compañeros que en su momento sean suplentes.
El club y el entrenador deben decidir cuáles serán los
criterios sobre la titularidad/suplencia y el reparto del tiempo de juego que
aplicarán en sus equipos, y explicárselo bien a los deportistas y a sus padres
desde el primer momento. Una regla básica: no mentir. Algunos entrenadores dan
falsas esperanzas diciendo, por ejemplo: “si entrenas bien, vas a jugar de
titular”, cuando en realidad tienen claro que no cuentan con ese jugador porque
en su puesto hay otros dos en los que confían más. Aunque no guste oírlo, y
para el entrenador resulte más violento decirlo, jugadores y padres aprecian
más la dura verdad que una mentira esperanzadora que tarde o temprano se
descubrirá. La verdad permite que cada uno asuma su situación con realismo, y a
partir de ahí, decida y actúe. “Si mi hijo y yo sabemos que el entrenador no
cuenta con él, nos podemos plantear cómo aprovechar mejor la temporada sin
llevarnos un disgusto cada semana cuando vemos que el chico no está en la
alineación”, me dijo Arturo, padre de un futbolista de 16 años que apenas
jugaba a pesar de las promesas que le habían hecho cuando le ficharon.
La participación en las competiciones es fundamental en
cualquier edad, ya que de otra forma, la motivación y el esfuerzo de los
deportistas
decaerán. Lo más apropiado es que en las edades más
tempranas, la titularidad y el tiempo de juego se vinculen al cumplimiento en los
entrenamientos, el esfuerzo, el compañerismo y el buen comportamiento, que deben predominar sobre el nivel deportivo; y que este último adquiera más peso
progresivamente, en la medida que los deportistas maduren. A partir de la
categoría cadete (15-16 años), y sobre todo en la etapa juvenil/junior (a
partir de los 16 ), los chicos deben exponerse a la realidad de su deporte (por ejemplo, jugar poco) y
aprovecharla para endurecerse y crecer. Sea este o cualquier otro el criterio a
seguir, los clubes/entrenadores deberían informar a los padres sobre su
política de titulares/suplentes y reparto del tiempo de juego, de forma que
estos puedan comprender las decisiones del entrenador y ayuden a que sus hijos
entiendan, acepten y sobrelleven su situación actuando de la mejor manera posible para aprovechar la experiencia. Y si
los clubes/entrenadores no lo hacen, es muy oportuno que los padres lo
pregunten.
(“No por ignorar la
lluvia, deja de caer el agua”. Se quiera o no, los padres son parte activa
del deporte de sus hijos. Darles información y tener una comunicación abierta
con ellos son aspectos fundamentales para que se involucren favorablemente y sumen).
Chema Buceta
25-1-2015
@chemabuceta
Qué buena pinta... ¿Para cuándo tienes pensado que salga publicado?
ResponderEliminarEspero que pronto. En un par de meses, quizá, menos. Gracias.
ResponderEliminarEnhorabuena Chema y gracias una vez más por los contenidos de este blog. Excelente documento para utilizarlo en los cursos de formación para entrenadores y en los talleres con padres y madres de deportistas jóvenes. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos deberes: lectura, para padres y todo un grupo ( equipo)en general.
ResponderEliminarBuenos deberes: lectura, para padres y todo un grupo ( equipo)en general.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarSencillamente genial. Juego, trabajo en equipo, responsabilidad y sobre todo enseñarles a nuestros hijos responsabilidad y compromiso.
ResponderEliminarbuen trabajo.
Sencillamente genial. Juego, trabajo en equipo, responsabilidad y sobre todo enseñarles a nuestros hijos responsabilidad y compromiso.
ResponderEliminarbuen trabajo.
Tiene buena pinta este libro, estaré atenta para cuando salga publicado!
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios.
ResponderEliminarComo siempre a la vanguardia en todo lo referente a la Psicología del Deporte. Espero pronto tenerlo en mis manos.
ResponderEliminarGracias x todas las enseñanzas mi querido y apreciado maestro. Espero verlo pronto para hablar al respecto.
Gracias, Ramón. Un abrazo!
ResponderEliminarMi hijo no juega ni por falta de compromiso ni por falta de implicación, asiste puntualmente y en otra escuela fue un jugador indiscutible, lo cambiamos a la EF Concepción con la idea de que mejorara técnicamente, paso a formar el equipo Infantil B a cargo de Sergio Redondo y Benito Sánchez, en la jornada 23 nos quejamos de la poca a casi nula participación de nuestro hijo, con 6 desconvocatorias y escasos 10 o 7 min por partido. A raíz de nuestra queja nuestro hijo pasaría mas de lo mismo y ante la reiterada petición del director deportivo e incluso de propio presidente mantuvieron su misma actitud hasta final de temporada, de hecho precisamente por habernos quejado. Como se puede pagar con un niño de 12 años y condenarlo a la desmotivación y hasta la humillación en aras de querer hacer de él un buen deportista.
ResponderEliminarCoertamente a veces los e trenadores tomamos decisiones erradas ..algunos no toman en cuenta q esas edades son de formacion y actuamos soko para consegui resultados para llenarnos de Ego...sucede en tkdks lados ..mi consejo es q apolle a su hijo cono lo ha venido haciendo hasta ahora
EliminarY el se siga ezforzando q al final los resultados vendran silos felicidades
Chema dame porfa mas i cormacion de otros lnk q tengas para el desarrollo de iños deportistas gracias haz zido de gran ayuda
ResponderEliminarQuién me puede ayudar en el tema de que mi hijo sea un "comodín " en el equipo y sufra bullying por parte del entrenador?
ResponderEliminarPor desgracia , existen entrenadores , que carecen de los mínimos conocimientos pedagógicos, como padres contrarrestar situaciones injustas y apoyar a nuestros hijos apoyándolos en su pasión por el deporte. El tiempo juega a favor de estos padres , porque los niños según crecen , van viendo cómo los enchufados, los que injustamente juegan sin esfuerzo y " las consideradas estrellas " por los malos entrenadores sucumben a las dificultades y dejan el deporte y muchas veces los estudios a la vez. Después de crecer con un a sensación de " ser especiales " . Cuando elijan un equipo para su hijo, elijan un entrenador, conozcan sus actos, antes de confiarles a sus hijos. Eso e lo más importante desde mi punto de vista. Gracias .
ResponderEliminarQuerría hacerles una pregunta, me hijo es prebenhamin de 7 años,lleva jugando al fútbol un año y 4 meses y me encuentro con la situación de que no le sacan a jugar apenas 4 minutos. Siempre le ponen el último y cuando faltan 3 0 máxime 4 minutos de la primera parte (para quitarlo de en medio claramente), y la segunda parte ni juega o a veces lo han sacado hasta 1 minuto contado por reloj.
ResponderEliminarCon 7 años es normal? Lo estoy pasando muy mal pero no quiere dejar el fútbol. No desentona tanto con los otros niños, pero no está aprendiendo nadaa, no le están enseñando nada, y estoy pensando en quejarme.
Ven normal esta situación??? Es lo normal??? A el le encanta el fútbol, todo el día está hablando de lo mismo .
Las federaciones de fútbol,obligan y protegen un mínimo de tiempos 1 cuarto antes de comenzar el 4 tiempo obligatorio,el no cumplirlo si se denuncia,quitaría puntos y sanción económica al Club.
EliminarTotalmente de acuerdo
ResponderEliminarBuenas tardes,en categoría juvenil de 2°categoria en fcf y con la normativa nueva de sustituciónes para que se puedan realizar más cambios, hay alguna regla o norma que defienda a jugadores que nunca juegan aún siendo convocados?
ResponderEliminarPuede un chico de 21 años ,sin titulación de entrenador ,ejercer en un club como entrenador ?
ResponderEliminarEn el pasado jugó en un club de fútbol y esa es toda la experiencia futbolística con la que cuenta.
Es legal que lo contraten para entrenar? , Podría entrenar sin necesidad de tener titulo y o contrato?
Este chico entrena a un equipo de cadetes de 15 años y sinceramente sus entrenamientos y su comportamiento y madurez dejan mucho que desear..
Que derechos tenemos los padres que pagamos una ficha que en muchos casos hacemos un esfuerzo económico para luego quedar decepcionados .
Podríamos hacer algún tipo de reclamación y exigir al club la devolución de parte del dinero si decidimos abandonar el club si no nos dan soluciones o estamos descontentos?
Gracias
Ayer fue el último partido de temporada de baloncesto cadetes, jugaron todas menos mi hija, no la sacó. Todo el año entrenando y yendo a todos los partidos menos uno que no pudo y le hace ese feo, dándole una palmadita en la espalda diciendo lo siento. Mi hija salió llorando, para ella fue como decirle que es una mierda para el equipo. Jugó incluso niñas que lo habían dejado y volvieron en enero, menos ella , la única, incluso una con una lesión en la pierna jugó 15 minutos. Qué opinan, porque yo ya pienso mal y que lo hizo aposta.
ResponderEliminar