"Si se baja la altura de las canastas, el baloncesto femenino será mucho más espectacular"
(Este artículo ha sido publicado el 14-10-2012 en www.enCancha.com bajo el título "Sobrevivir y crecer" )
Comienza la liga femenina de baloncesto. De todas las que
recuerdo, más de cuarenta, es la que cuenta con menos equipos participantes,
once. Cuatro han renunciado por problemas económicos. Además, es la liga en la
que faltan más estrellas españolas, ahora jugando en el extranjero. Incluso
tres de nuestros entrenadores con títulos a sus espaldas, están trabajando fuera.
Otro dato: sólo dos de nuestros equipos, Salamanca y Rivas, van a participar en
competiciones europeas. Como contrapeso, Teledeporte va a retransmitir un
partido cada semana. Buena noticia.
He leído comentarios muy optimistas sobre esta liga que por
supuesto respeto, pero el panorama no es bueno. Los clubs han estado viviendo
de las subvenciones y éstas han terminado. Por eso, en primer lugar, hay que
felicitar a los que han sido capaces de competir esta temporada haciendo un
gran sobreesfuerzo. En cierto modo, la ilusión y el sobreesfuerzo de unos pocos
“locos” ha sido siempre estandarte de un baloncesto femenino que a pesar de sus
buenos resultados, salvo en casos aislados, no despierta un interés masivo. Lo
digo con dolor, pero los datos de asistencia a los campos, audiencias
televisivas, etc. así lo constatan. Este año tampoco se producirá esa “explosión”
que tantas veces, más por ilusión que por objetividad, se ha pronosticado. Los
amantes y seguidores del baloncesto femenino seguirán estando ahí, tan fieles
como de costumbre, disfrutando y apoyando aunque el nivel de la liga, sin
nuestras mejores jugadoras y con menos medios, sea inevitablemente más bajo. Y
los que no lo son, continuarán alejados; más aún en estas circunstancias. No es
momento de vender un producto devaluado, sino de mejorarlo para que sobreviva
y, más adelante, pueda captar nuevos adeptos.
En cualquier caso, las posibilidades del baloncesto femenino
como espectáculo serán siempre muy limitadas mientras no se dé el gran paso de
bajar la altura de las canastas (ya se dio el de jugar con un balón más pequeño
después de que muchos puristas se rasgaran las vestiduras). A nivel
internacional se han prestigiado las competiciones (la Euroliga femenina es un
buen ejemplo) y se han realizado diversas acciones de marketing, e incluso
buscado soluciones absurdas y discutidas como que las jugadoras actúen con
uniformes reducidos y ajustados. Algunas medidas han sido bastante eficaces;
otras menos; pero no dejan de ser parches que no solucionan el problema.
Podemos asumir que el baloncesto femenino es un deporte minoritario y, dentro
de este parámetro, engrandecerlo en lo posible. Pero también podemos pensar más
en grande y aceptar que la solución no está en que haya shows en los tiempos
muertos, palomitas en el bar o un DJ marchoso, sino en potenciar la
espectacularidad del juego sin proteccionismos paternalistas. La clave está
dentro de la cancha; no fuera. Las mujeres han demostrado que pueden llegar muy
lejos. ¿Por qué no les damos la oportunidad de desarrollar su deporte en mayor
medida? ¿Por qué no, mates, “alley-ups”, pases espectaculares, palmeos, balones
que se sacan tras tocar el aro, etc.? ¿Es que sólo el “hermano mayor”
(baloncesto masculino) puede disfrutar de este privilegio que tanto gusta al
gran público? La red en Voleibol está más baja. ¿Es esa una ofensa? El balón en
baloncesto femenino es más pequeño ¿Alguien se siente mal por eso? Este es un
tema antiguo. Ya se habló de él en 1985, en Roma, en una reunión de la comisión
de baloncesto femenino de la FIBA. Todos los esfuerzos fueron vanos, y se
abandonó la idea. En el simposium que la FIBA organizó en Praga durante el
último mundial volvió a salir el tema, pero los obsoletos dirigentes mostraron
una vez más que el baloncesto femenino sólo les interesa mientras no de mucho
la lata. Y claro, se argumenta que este sería un cambio tremendo que implicaría
desarrollar nuevas canastas. ¡Un esfuerzo gigante con la tecnología del siglo
XXI! Un desembolso, es cierto. Pero seguro que, si al menos se intentara, se
podrían encontrar soluciones asequibles. A cambio: un gran beneficio que
revolucionaría este espectáculo.
Volviendo a la cruda realidad actual, sería interesante que
la adversidad se asumiera como una oportunidad de crecimiento. Si faltan
jugadoras estrella, es un buen momento para que jueguen las jóvenes y adquieran
experiencia (como ha pasado siempre en los equipos de la antigua Yugoslavia).
Pero además, es momento para que los clubs avancen en su forma de gestionarse,
buscando soluciones duraderas ajenas a las subvenciones. Y para eso,
probablemente, no deba ir cada uno por libre, sino que, más que nunca, es
fundamental que trabajen unidos, remando en la misma dirección. Junto a la
crisis, la ausencia de un club poderoso que ha boicoteado muchas veces las
acciones colectivas, debe ayudar a cohesionar a los que quedan. Es necesario
trabajar como un gran equipo al que une un gran interés general: potenciar el
producto para sobrevivir y crecer. Este interés debe estar por encima de los
resultados de cada jornada. ¿Habrá voluntad de hacerlo?
Chema Buceta
12-10-2012
(A raíz de la publicación de este artículo hemos podido leer
en twitter algunos comentarios a favor y en contra de bajar la altura de las
canastas. Me alegro de que haya suscitado tanto interés. Muchas gracias a
todos).
twitter: @chemabuceta
Uno, que es asiduo a los campos de baloncesto para ver la Liga Femenina, al principio arrastrado por sus hijas y ahora como devoto seguidor, entiende que si es necesario que se tome esa u otras medidas para potenciar el espectáculo y evitar que la sangría de equipos y de espectadores pare antes de que sea demasiado tarde. No podemos dejar que un deporte tan apasionante, intenso y vibrante, donde las deportistas tienen valores inalcanzables en muchos de los ídolos del deporte rey en España, deje de tener los apoyos necesarios. Así que, a quien corresponda, manos a la obra!!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Estamos de acuerdo. Saludos.
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