miércoles, 1 de agosto de 2012

"ESTABA MUY NERVIOSO"







El palista español Samuel Hernanz ha conseguido un meritorio quinto puesto (diploma olímpico) en la especialidad de K-1 de piragüismo de aguas bravas. Su actuación en la competición ha sido espectacular. En la final, a la mitad, había conseguido un tiempo extraordinario que de haberlo mantenido le habría dado la ansiada medalla, pero su ejecución posterior fue un poco peor. Una pequeñísima diferencia que le relegó dos puestos. Al finalizar, declaró: “Me he venido abajo físicamente y eso me ha dejado fuera… físicamente me ha costado porque estaba muy nervioso…” La actuación de Samuel tiene un enorme mérito, ya que supone un importante avance respecto al último mundial, donde según he oído, quedó decimotercero. Para lograrlo, es obvio que su funcionamiento físico, técnico, táctico y psicológico ha sido muy bueno la mayor parte del tiempo. Sin embargo, un pequeño bajón en el funcionamiento físico, que él relaciona con los nervios, le ha impedido alcanzar un objetivo mayor.

Experiencias como la suya son bastante frecuentes en el deporte, sobre todo en la alta competición y en especial en los Juegos Olímpicos, donde las diferencias son escasas. El deportista controla sus nervios (su ansiedad) la mayor parte del tiempo, pero en un momento concreto ese control disminuye, aunque sólo sea un poco, y la ansiedad influye negativamente en su funcionamiento físico (un “bajón”, más cansancio, más tensión muscular…) técnico (peor ejecución de los movimientos), táctico (peores decisiones, impulsividad…)  y mental (peor concentración…).  Como es lógico, el control de la ansiedad es más difícil, cuando ésta es mayor y/o el deportista tiene menos habilidades para controlarla. Por eso, por un lado, es importante eliminar o minimizar, en la medida posible, las situaciones que puedan aumentar la ansiedad; y por otro, preparar a los deportistas para que adquieran y perfeccionen sus habilidades de control. Este es, precisamente, uno de los principales objetivos del entrenamiento psicológico.

Desconozco si Samuel Hernanz se ha preparado específicamente para controlar esos nervios que, según él, han influido en una pérdida de funcionamiento físico que ha podido costarle la medalla, pero en cualquier caso parece claro que en un momento concreto no ha sido capaz de lograrlo. Sin duda, ha realizado un gran trabajo para competir al altísimo nivel que lo ha hecho, pero algo le ha faltado: y no parece que sean más horas de entrenamiento o un perfeccionamiento de su técnica, sino el desarrollo de habilidades específicas para controlar su ansiedad; algo que en el futuro debería optimizar.

Casi todos los día en los Juegos, vemos a deportistas que no culminan una gran actuación por errores en momentos críticos; hoy mismo, por ejemplo, en la final masculina de gimnasia artística, donde ha habido varias caídas decisivas, o en la propia competición de Samuel, donde el gran favorito ha pinchado. Errores aparentemente inexplicables en estos grandes campeones, que sin embargo se han producido y les han costado medallas que parecían claras. Errores que seguramente tienen su explicación en una ansiedad elevada que en un momento concreto no han sido capaces de controlar.




(Me voy a Londres unos días; si puedo, sigo escribiendo desde allí; si no, continuo cuando regrese. Un saludo).

Chema Buceta
1-8-2012

www.psicologiadelcoaching.es 

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