Los Juegos Olímpicos han vuelto a mostrar la trascendencia de los aspectos psicológicos en el alto rendimiento. Los grandes campeones, entre otras habilidades, tienen las de motivarse, confiar en sí mismos, perseverar, superar las decepciones, controlar el estrés, tolerar el cansancio mental, concentrarse en lo que depende de ellos, controlar su comportamiento… En muchos casos, estas habilidades se han desarrollado a partir de unas condiciones innatas y como parte del proceso de aprendizaje que el mismo deportista ha desarrollado a través de su propia experiencia, sin una ayuda específica. Lo podemos observar en muchos deportistas de élite que psicológicamente funcionan a un altísimo nivel la mayor parte del tiempo (aunque a algunos les falta un plus que echan en falta en los momentos más críticos).
Asimismo, tanto los entrenadores como otros miembros del staff técnico y sanitario, y también algunos directivos, cada vez están mejor preparados en lo que respecta a lo psicológico, y eso contribuye, en bastantes casos, a que las condiciones ambientales que rodean a los deportistas favorezcan un buen funcionamiento mental. En estos Juegos, hemos visto a muchos entrenadores aplicando eficientemente la Psicología: por ejemplo, dando mensajes apropiados para potenciar la autoconfianza y lograr la mejor concentración.
Pero además, aún a falta de un análisis detallado, la participación de los psicólogos deportivos en estos Juegos debe considerarse relevante. Básicamente, el papel del psicólogo puede centrarse en asesorar a los entrenadores sobre las cuestiones psicológicas que afectan a los deportistas y/o trabajar con éstos de manera específica para que adquieran y perfeccionen habilidades psicológicas que les ayuden a autorregular su funcionamiento mental. En Londres, varios deportistas han declarado públicamente haber trabajado con psicólogos, e incluso les han agradecido su decisiva contribución, lo que supone un importante reconocimiento a la figura del psicólogo del deporte. Además, sé de otros psicólogos de diversos países, algunos de ellos profesores y antiguos alumnos del Master en Psicología del Deporte de la UNED (lo cual nos enorgullece) que han participado activamente en la preparación de deportistas olímpicos. Ya había sucedido en Juegos anteriores, pero en éstos el número ha crecido. Algunos no han estado en Londres, pero han realizado un gran trabajo previo; y otros han complementado éste con su presencia y apoyo in situ. Lo mejor de todos ellos es que han sabido desempeñar su cometido en el silencio del anonimato y el respeto a la confidencialidad que deben presidir el trabajo de un psicólogo. No ha habido efusivos abrazos a los deportistas en los banderines de córner tras meter un gol, al finalizar sus ejercicios o conseguir las medallas, ni apariciones en los medios de comunicación para presumir de los éxitos. La presencia de los psicólogos no se ha notado. El protagonismo, como debe ser, lo han tenido los deportistas y sus entrenadores. Nosotros hemos estado detrás, aportando un grano de arena que ha sido bien valorado.
Estos Juegos de Londres han sido un paso más para consolidar la presencia de los psicólogos en el deporte de alta competición. Si bien es cierto que todavía son muchos los deportistas que no trabajan con psicólogos (y de hecho, muchos no necesitan hacerlo) a nadie le sorprende ya que un deportista declare que sí lo hace. Y los propios deportistas lo expresan con naturalidad. A estas alturas, pocos piensan que el deportista que trabaja con un psicólogo es porque está loco o tiene un problema personal o de salud mental. Al contrario, se comprende perfectamente que el psicólogo ayuda a optimizar el rendimiento deportivo entrenando al deportista para que desarrolle su potencial mental. Y esto, sin duda, supone un gran avance.
Es muy posible que bastantes deportistas y equipos que han fracasado en los Juegos o se han quedado muy cerca de logros más importantes, lo atribuyan en gran parte a aspectos relacionados con el funcionamiento mental. Muchos de ellos, seguramente, no habrán contado con la ayuda de un psicólogo del deporte. Es evidente que la presencia de éste no habría garantizado un resultado mejor (pues no es el mago de la varita mágica) pero en principio lo habría hecho más probable. Una reflexión interesante para futuros proyectos. Mientras tanto, enhorabuena a todos los psicólogos del deporte por vuestra gran aportación.
(Los Juegos Olímpicos han terminado y el blog se toma un pequeño respiro. Gracias a todos por seguirlo. Continuará…)
Chema Buceta
14-8-2012
twitter: @chemabuceta
Estimado Chema.
ResponderEliminarTan sólo para darte las gracias por haberme hecho vivir unas Olimpiadas diferentes.
Leer tus comentarios ha sido el complemento perfecto a las muchas horas de espectador televisivo de maravilloso deporte.
Un cordialísimo saludo.
Muchas gracias, Javier. Eres muy amable.
ResponderEliminarUn abrazo
Respetado Doctor Buceta:
ResponderEliminarEste año tuvimos el privilegio de tener al Doctor Maurizio Mondoni en Colombia compartiendo con nosotros su amplia experiencia en la formación de jóvenes entrenadores.Una experiencia maravillosa desde cualquier ángulo que se le mire.
A nuestro modo de ver, hasta que usted no nos haga el honor de acompañarnos también, la capacitación de nuestros instructores y entrenadores de categorías de base no estará completa.
¿Hay posibilidades que usted pueda sacar en su agenda algunos días en el 2013 para visitarnos en Colombia?
En caso de ser posible, nos gustaría saber en que condiciones se daría esta visita y la posible fecha.
Cordial saludo;
Carlos García