Comenzó el mundial con un contundente resultado adverso que nadie
esperaba: 5-1 a favor de Holanda. Los tulipanes no son un paquete. Si nosotros
presumimos de ser los campeones del mundo, ellos son los siguientes. En
Sudáfrica, sólo nos separó un gol en la prórroga. Por tanto, cabía esperar que
no sería precisamente un paseo militar, sino un partido muy difícil en el que
quizá esta vez tendríamos que ir a remolque. Antes de un campeonato, resulta
incómodo el sobreesfuerzo mental de pensar en las dificultades que te puedes
encontrar. Es más agradable ignorarlas y disfrutar del optimismo de ese momento
previo en el que el guión indica que hay que creer en lo mejor. Más aún, si
eres el campeón. Se espera de ti que no dudes, que pienses en grande, que
destroces al rival desde el pitido inicial. ¿Dificultades? ¡Jamás!
Tras la derrota, Vicente del Bosque, al que respeto y
admiro, declaró que el principal problema de la selección había sido anímico.
Se le preguntó por el bajón físico que nuestros jugadores mostraron en la
segunda parte, pero él insistió en que la clave había estado en lo mental.
Explicó que tras haber perdido una clara oportunidad de adelantarnos 2-0, los
holandeses empataron enseguida y eso nos dejó psicológicamente tocados, y que cuando
marcaron el segundo gol, ellos se fueron arriba impulsados por la euforia y nosotros
nos deprimimos. Obviamente, existirán otros factores de carácter físico,
técnico y táctico que habrán influido en lo que sucedió, pero según él, y yo lo comparto, esa fue
la clave del partido. ¿Por qué ocurrió? Desde fuera, es difícil saberlo; pero se
puede intuir que, probablemente, el equipo no estaba preparado para recibir un
revés y verse obligado a superarse y jugar con el marcador en contra.
El artículo anterior del blog, ¿Mentalmente Preparados?
hacía referencia a aspectos psicológicos a tener en cuenta para afrontar este
mundial. En varios apartados se mencionaba la trascendencia de analizar las
fortalezas y debilidades propias y anticipar las dificultades que se pudieran
presentar. Una de éstas, que las cosas no salgan como se esperaba y haya que
remar contra corriente. Más aún, que el partido vaya bien (lo que se esperaba y ocurrió en la primera parte) y en dos jugadas se tuerza: lo que obliga a asimilar
el mazazo y hacer un sobreesfuerzo mental para mantener la calma y el ánimo y
poner en práctica un plan B. La preparación mental no es sólo crear un buen
ambiente y transmitir tranquilidad y confianza; también es anticipar los posibles
problemas para que no pillen por sorpresa y, si se presentan, se puedan
gestionar. Algo fundamental en cualquier equipo, pero más en una selección que
no tiene costumbre de ir perdiendo, acumula un acusado cansancio y soporta la presión de tener que ganar.
También señalaba ese artículo que es ahora, en una situación
de enorme adversidad, tanto por el palo recibido como por la obligación
ineludible de reaccionar ya, cuando se va a comprobar la fortaleza mental de
este equipo. En primer lugar, su motivación. No hay por qué dudar de que ésta sea
alta, pero ¿existe ese plus de “hambre” que reclamaba Del Bosque antes de
empezar? Ahora se verá. ¿Conformismo de
quien ha ganado todo, o ambición de quien quiere más? ¿Tiramos la toalla o seguimos peleando hasta el final? ¿Damos la cara hasta
cierto punto para no quedar muy mal y decir que lo hemos intentado, o nos
ponemos las pilas del campeón y lo damos todo, sin escatimar nada? Con la paliza de ayer, muchos se rendirían. ¿Nosotros? ¿Los campeones del mundo? ¿Somos uno más, o somos Nadal?
En segundo lugar, no basta con estar dispuestos a luchar hasta la extenuación. Para que sea eficaz, ese plus de motivación debe ir
acompañado de una buena estrategia y una sólida autoconfianza. Ésta, tras el varapalo, puede estar
debilitada, y es clave recuperarla. Sin precipitarse. Tras un golpe tan
fuerte y teniendo días suficientes hasta el siguiente envite, no es aconsejable
forzar la máquina del olvido para pensar ya en el próximo compromiso. Antes de llenar el depósito, conviene limpiarlo de los residuos. Lo más urgente, mantener la calma y apoyar a los jugadores, como ya hizo Del Bosque
después del partido. Después, dejar uno o dos días para un breve análisis
constructivo de lo sucedido (sólo aquello que se pueda corregir en futuros
partidos) y, sobre todo, que haya tranquilidad para que fluyan y se diluyan con
naturalidad las emociones causadas por esa dura derrota, permitiendo así que el
desánimo y la culpa den paso a la rabia que pide sacarse la espina y ésta al deseo de
ganar.
A partir de ahí, lo importante será olvidar el mal resultado
contra Holanda y centrarse exclusivamente en lo que hay que hacer para ganar a Chile.
En los dos días anteriores, el fortalecimiento de la autoconfianza será fundamental:
recordar situaciones pasadas similares (comienzo con derrota en el mundial de
Sudáfrica…), reflexionar sobre lo bueno de la primera parte contra Holanda, centrarse en
lo que depende de nosotros, apelar a lo que mejor dominamos, y por supuesto,
anticipar las dificultades que podemos encontrar. Xabi Alonso ha declarado que “el
partido contra Chile puede ser parecido”. Pensemos, por tanto, que no será
fácil, que habrá que jugar con determinación y paciencia, que podríamos
enfrentarnos a un marcador en contra o a un cambio de viento, y que si esto último ocurriera, deberíamos estar preparados para afrontarlo sin perder los papeles ni
desanimarnos.
Me preguntan si Del Bosque debería hacer cambios en la
alineación. Él sabe muy bien lo que tiene entre manos, y seguro que toma decisiones acertadas. Desde el punto de vista psicológico (en lo táctico, no entro), puede ser interesante que incluya a algún jugador con la mente
fresca y mucha “hambre”, pero no sería un buen mensaje para la autoconfianza colectiva,
la cohesión y el estado de ánimo del grupo, que hiciera muchos cambios. Es
momento de confiar, no de dudar. De dar responsabilidad, no de quitarla.
Siento un enorme respeto por este equipo y sus grandes
hazañas pasadas. Suceda lo que suceda ahora, la exitosa historia que ha escrito
la selección es imborrable, y a muchos nos seguirá llenando de orgullo. Pero el
deporte no se detiene en el pasado, y lo que toca ahora es este campeonato del
mundo. Aunque es cierto que es imposible ganar siempre, que la derrota forma
parte del juego y que repetir el título es tarea de titanes, el campeón no
puede tener otro objetivo que volver a serlo. El reconocimiento a los incomparables
logros de este victorioso equipo no es incompatible con la exigencia de ese sobreesfuerzo
físico y mental que caracteriza a los grandes campeones en los momentos más
difíciles. ¿Djokovic o Nadal?
(Es una lástima que la selección española no cuente ahora
con un psicólogo del deporte con experiencia. Entre otros, es en momentos como
éste cuando este profesional puede ser de gran ayuda para la recuperación
emocional de los jugadores y el asesoramiento psicológico a los entrenadores. Si
decimos que los pequeños detalles marcan la diferencia, éste puede ser uno de
ellos. ¿Seguimos ignorándolo?).
Chema Buceta
14-6-2014
twitter: @chemabuceta
Muy bueno, una vez mas Chema, lo has dejado claro no solo lo de que no exista esa figura, que puede ser de ayuda, si no me ha gustado mucho al reflexión de como hacer en estos momentos"...que haya tranquilidad para que fluyan y se diluyan con naturalidad las emociones causadas por esa dura derrota, permitiendo así que el desánimo y la culpa den paso a la rabia que pide sacarse la espina y ésta al deseo de ganar".
ResponderEliminarGracias por trasmitir todo ello.
¡¡¡Buen día!!!
Toñi, un honor que lo hayas leído y te haya gustado. Un beso!
EliminarExcelente la disección que haces de la situación anímica por la que debe de estar pasando el equipo. Dios (o el Universo) me libre de hacer juicios técnicos para los que, sin duda, no estoy cualificado. ¿Pero no crees que el grifo de agua fresca de la autoconfianza sería más eficaz si, además de apoyarse en estos malos momentos en las fortalezas tantas veces demostradas, se hubiese dotado al equipo de otras habilidades (quizás no tan de jugones) que lo hiciese menos predecible ante los rivales y disminuyese el estrés de tener que tratar tan bien la pelota y llevar siempre la iniciativa? Un poquito más de "Patapún pa' rriba" que diría Clemente. Gracias por tus estupendos artículos.
ResponderEliminarTodo puede influir en lo psicológico, pero es función de los entrenadores opinar sobre las cuestiones técnico-tácticas. Seguro que Del Bosque busca soluciones, quizá en la línea que señalas. Gracias por leer el artículo. Saludos.
ResponderEliminarGracias por compartir tu analisis y tu reflexión y especialmente por la coletilla final de reivindicacion de una profesión que en este, pais tan pionero y avanzado para algunas cosas, parece que en otras se quiere quedar anclado al pasado y se resiste a usar métodos científicamente demostrados por profesionales expertos, para en su lugar seguir usando la psicologia de café...
ResponderEliminarMe encantó la entrevista de esta madrugada en la SER con J.R. de la Morena. Enhorabuena y espero que sirva para abrir los ojos a unos cuantos.
Muchas gracias, amigo. Tenemos que seguir adelante mostrando que la Psicología científica puede ayudar a los deportistas. El papel de los psicólogos es ayudar. Saludos!
ResponderEliminarMe parece un gran análisis y fácil de entender para todos, gracias. El modelo de Nadal me parece muy acertado. Visto desde fuera Nadal es un modelo de motivación y capacidad de lucha. Sus declaraciones públicas siempre muestran una magnífica administración de los efectos del éxito o del fracaso para seguir afrontando sus siguientes compromisos con la motivación y la confianza en su medida justa. Cuando oigo sus declaraciones siempre me pregunto cuánto sería suyo "natural" y cuánto fruto del aprendizaje, porque sus discursos, desde el punto de vista psicológico y para mi que soy una mera aficionada, creo que son brillantes.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog!
Tienes toda la razón Ruth. Tu comentario es muy acertado. El que Nadal haya aprendido no quiere decir que sea falso lo que dice. Ha aprendido a aceptar y administrar apropiadamente sus fortalezas y debilidades, el éxito y el fracaso, y eso es lo que le da esa fortaleza mental que en momentos decisivos se manifiesta. No sé si has visto el programa que hizo una televisión francesa sobre Nadal en el que tuve el placer de participar. Te dejo el link. Lo psicológico está más o menos entre los minutos 35 y 41. Gracias por tus comentarios!
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=sJINszVUJmI