domingo, 16 de agosto de 2015

UNA VEZ MÁS... LA FUERZA MENTAL: ¿CASUALIDAD?


                                    En los momentos más críticos, la clave está en lo mental


En estos días, hemos disfrutado con los partidos de Carolina Marín, la jugadora española que por segunda vez consecutiva se ha proclamado campeona del mundo de bádminton. Entre las múltiples cualidades de esta laureada deportista, muchos han destacado su carácter, su mentalidad… es decir, sus recursos psicológicos, su fuerza mental. Carolina afrontaba este campeonato como campeona vigente y número uno del cuadro, lo que suele generar una presión añadida por “tener que ganar”, pero ha sido capaz de gestionar eficazmente cualquier manifestación de ansiedad que la pudiera perjudicar.  Como es lógico, tal y como ella misma ha reconocido, ha habido momentos en los que se ha puesto nerviosa, pero lo importante es que tenía los recursos para controlar esa ansiedad y no permitir que la perjudicara. Es cierto que ha estado lesionada, y esa “obligación de ganar” quizá no era tanta como si no lo hubiera estado, pero si eres la número uno, el objetivo de volver a serlo, por mucho que se quiera disfrazar, es ineludible; y así parece que lo había asumido ella: sin esconderse tras esa lesión, con la ambición que todo campeón necesita para seguir siéndolo, y empleando los recursos psicológicos que, gracias al entrenamiento específico con el psicólogo del deporte, había desarrollado y puesto a punto para afrontar este desafío. ¿Casualidad?

A diferencia de esta forma de afrontar la adversidad, deportistas o no, cada uno en lo suyo, sucede a veces que aprovechemos las circunstancias adversas para no acometer nuestros objetivos con el máximo esfuerzo. Nos apoyamos en algo real para anticipar que no podremos lograr lo que nos proponíamos, y entonces, nos esforzamos menos. Es cierto que hay que ser realistas y aceptar nuestras limitaciones y los cambios de objetivos y planes que estas conllevan, pero conviene vigilar que eso no nos conduzca a no hacer lo posible por intentarlo. Lo posible es todo aquello que depende de nosotros. Quizá no podamos hacer lo que nos gustaría, lo que estamos acostumbrados, lo que mejor dominamos, pero podemos buscar otras estrategias que, aún no siendo las ideales, puedan conducirnos al objetivo deseado o a uno cercano; o por lo menos, a intentarlo con algunas posibilidades de alcanzarlo. Muchos deportistas y no deportistas, aún no consiguiendo el éxito que persiguen, nos dan un lección en este sentido; otros, tiran la toalla antes de tiempo. Una vez más, la diferencia está en la fortaleza mental. 

Como sucede con la fuerza física, unas personas son más fuertes mentalmente que otras, pero todos podemos fortalecernos más si nos ponemos a ello. En muchos casos, lo hacemos sin ayuda externa, a base de enfrentarnos a la adversidad y aprender de nuestras experiencias de éxito y fracaso. La adversidad es una oportunidad para fortalecerse saliendo de la zona de confort, haciendo nuevos esfuerzos y desarrollando la creatividad. Se trata de centrarse en lo que uno puede hacer; y eso supone acentuar más los recursos disponibles y, a veces, buscar soluciones nuevas. Hasta un determinado nivel, podemos hacerlo solos, pero la ayuda de los profesionales puede ser fundamental para hacernos más fuertes y poder enfrentarnos con éxito a las situaciones que nos exigen más. En el caso de Carolina Marín, como ella misma destaca, la contribución del psicólogo del deporte ha sido muy importante. Con él ha sabido aprovechar la “oportunidad “ de la lesión para fortalecerse aún más, apuntalando un trabajo que ya lleva haciendo varios años. El psicólogo del deporte no es un "apagafuegos", sino un profesional que trabajando con tiempo ayuda a desarrollar recursos psicológicos que fortalecen al deportista mentalmente. Y lo mismo podría hacer con otras personas que persigan la excelencia en su funcionamiento laboral o personal.

Centrándonos en este campeonato del mundo, las manifestaciones de fortaleza mental de la jugadora española han sido claras. En una competición, la fuerza mental tiene trascendencia, sobre todo, en los momentos más críticos. Ahí, tanto en la final como en otros partidos, Carolina Marín ha jugado sin hundirse cuando el marcador era adverso, ni asustarse cuando teniendo ventaja se acercaba su rival, afrontando los puntos más decisivos con soltura y valentía, supongo que siguiendo la táctica que más le convenía. Una diferencia trascendente respecto a sus adversarias: mientras Carolina se superaba, ellas se agarrotaban y cometían errores en serie. ¿Qué explica esa diferencia? Sin duda, lo mental. No es casualidad que en estos partidos hayamos visto a la campeona hablar consigo misma para darse instrucciones, animarse, etc.  Y no era una improvisación, sino algo bien entrenado con su psicólogo del deporte. Cualquier jugador puede decirse un “vamos” cuando gana un punto, pero esos autodiálogos antes de cada punto (los primeros planos de la televisión captaban perfectamente cómo hablaba consigo misma) y esa expresión optimista tras cometer un error, han reflejado un entrenamiento psicológico bien planificado y ejecutado. Gracias a eso, en los periodos entre puntos la actividad mental de la jugadora ha estado bajo su control, y sin duda, eso ha contribuido al éxito final. 

A la preparación mental de los deportistas contribuyen diversos factores no específicamente psicológicos que en ocasiones son suficientes, como el propio entrenamiento deportivo (bien planteado con ese objetivo), el ambiente que rodea al deportista, sus rutinas,  los mensajes del entrenador... Pero el entrenamiento específico con el psicólogo del deporte es clave para optimizar su funcionamiento y conseguir un rendimiento mayor. Casi todos los deportistas de élite son capaces de controlar su actividad mental  la mayor parte del tiempo, sobre todo con viento a favor, pero no todos lo consiguen en esos momentos críticos que pueden decidir la competición. Y ese control es clave para que la mente, con sus pensamientos y automensajes, juegue a favor y no en contra. El trabajo con el psicólogo del deporte sirve para optimizar el rendimiento a nivel global y en diferentes facetas, pero es ahí, en los momentos más críticos, donde se notan más sus efectos. ¿Casualidad?

Algunos han señalado la similitud  de Carolina Marín con Rafa Nadal. Ciertamente, una de las grandes virtudes de este gran campeón ha sido su fuerza mental en los momentos más delicados de los partidos: ahí, mientras su rival se atenazaba, él sacaba su mejor tenis. Sin embargo, parece que ahora, según ha declarado él mismo, esa fortaleza se ha debilitado. ¿Dónde está el psicólogo del deporte? Carolina lo tiene; Nadal, no. Hasta hace poco, Nadal no lo ha necesitado, pero ahora…

Muchos grandes campeones nunca han trabajado con un psicólogo de deporte. En la historia del deporte también hay otros muchos que jamás tuvieron un preparador físico, vieron un video, siguieron planes de alimentación o tomaron suplementos vitamínicos. Pero todo evoluciona. Y el trabajo del psicólogo del deporte es una aportación más, a veces bastante trascendente. ¿Nadal? En su brillante carrera ha mostrado tener una gran fortaleza mental sin necesidad de un psicólogo, pero las circunstancias cambian. Hasta ahora, gracias a su propio mérito,  las cosas le han ido bastante bien, y cuando no fue así, fue capaz de reaccionar con rapidez y volver a ganar. El éxito, y lo que hacía para conseguirlo, fortalecían su autoconfianza y ahí estaba su fuerza. Sin embargo, ahora se enfrenta a una situación nueva: no gana, y haciendo lo que ha hecho siempre, sigue sin ganar. ¿Necesita más tiempo para ver si el viento cambia? Podría ser; pero la impresión que da es que, aún así, lo que verdaderamente necesita es encontrar soluciones que hasta la fecha no le hacían falta. 

Está bien recordar y repetir lo que uno ha hecho bien en el pasado siempre que en las circunstancias actuales pueda seguir siendo útil, pero en este caso parece que, además, no en lugar de, se necesita algo más. No es la primera vez que un número uno retrocede cuando por sus condiciones físicas y técnicas todavía podría seguir en lo más alto. Otros que pasaron por esa situación, tampoco supieron o quisieron darse cuenta de que necesitaban algo más. ¿Qué? Parece obvio. Si la cuestión es mental, y lo que se hace habitualmente no funciona, lo lógico sería trabajar con el especialista de lo mental: el psicólogo del deporte.

He leído que Nadal ha sido un ejemplo para Carolina Marín. Lógico. Lo ha sido y sigue siéndolo para muchos deportistas y no deportistas que admiramos esa fuerza mental y espíritu de superación que ha demostrado tantas veces. Pero quizá ahora, sea Carolina Marín la que debería servir de ejemplo a Nadal; no por sus éxitos, que aún siendo muy grandes todavía son exiguos comparados con los del tenista, sino por la inteligencia que demuestra trabajando con el especialista que necesita para fortalecer lo psicológico y tener ese plus que tanto le ayuda a ganar. Una vez más… la fuerza mental: ¿Casualidad?

Chema Buceta
16-8-2015

Twitter: @chemabuceta





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