lunes, 8 de agosto de 2016

PSICOLOGÍA DESDE LOS JUEGOS DE RÍO

                                             La precisión exige calma y concentración



Han comenzado los Juegos Olímpicos de Río y desde el primer momento suceden cosas interesantes que nos permiten reflexionar. Una de ellas, son los resultados adversos de algunos favoritos, como los tenistas Djokovic y en dobles las hermanas Williams, la española Fátima Gálvez en tiro al plato, la selección española masculina de baloncesto o la selección de fútbol de Brasil, esta última sin marcar un solo gol en los dos primeros partidos ante rivales de la envergadura de Sudáfrica e Irak. Anticipé en el artículo anterior que los Juegos son algo especial, y el estrés que genera la “obligación” de conseguir medallas suele pasar factura a algunos de los elegidos. Puede haber otras causas, entre ellas el rendimiento de los rivales, pero la  presión que afecta a los favoritos puede tener un peso significativo.

Con independencia de los resultados, en estas primeras jornadas también ha sido interesante observar, entre otros, a los tiradores del arco, la pistola y el rifle, especialidades apenas conocidas que en los Juegos adquieren la notoriedad que sus protagonistas merecen. En estas competiciones la precisión es clave, y el resultado final suele depender de diferencias muy pequeñas. Si en el último tiro de una competición muy igualada, sacas un 9 y tu rival un 10, o rompes un plato menos, quedas eliminado. 

La exigencia es máxima, y para rendir a un nivel muy alto es imprescindible controlar la activación que pueden provocar la trascendencia de la situación, la trayectoria del marcador y la emoción que transmite el entorno (incluyendo espectadores, técnicos y compañeros), además de las expectativas propias. El nivel de activación es un continuo de activación fisiológica y mental que se extiende desde un estado de extrema calma y relajación hasta otro de máxima alerta, tensión y excitación. Entre los dos extremos, que podrían representarse mediante números del 1 al 10, existen distintos niveles, y el nivel de activación óptimo es aquel en cuya presencia es más probable el rendimiento más alto en una determinada tarea. Por debajo (exceso de relación) o por encima (exceso de excitación) de dicho nivel, el rendimiento suele ser peor.  

En la activación influyen la motivación, el estrés y en general cualquier emoción. Mediante la autoobservación y el entrenamiento guiados por un psicólogo del deporte, cada deportista puede detectar qué influye en su propia activación, cuál es su nivel de activación óptimo para cada una de las tareas deportivas en las que debe rendir y qué puede hacer para situarse y mantenerse en ese nivel. Se trata de un traje a medida que permite optimizar las posibilidades de rendimiento.

El exigente grado de precisión del tiro con arco, pistola o rifle, requiere que estos deportistas se sitúen en un nivel de activación óptimo que en general sea bajo, y eso supone una gran dificultad en el contexto tan estresante de los Juegos Olímpicos. Lógicamente, los que están ahí son deportistas de élite que han tenido que desarrollar esta habilidad, fundamental para lograr sus objetivos. Viéndolos por la televisión justo antes de tirar, te das cuenta del alto grado tranquilidad y concentración que muestran, mentalmente aislados del bullicio que los rodea y de pensamientos propios ajenos a la ejecución de sus disparos. Probablemente, habrán estado nerviosos o muy motivados en las horas previas, pero su preparación habrá incluido estrategias para estar en su nivel de activación óptimo al inicio de la prueba y ser capaces de mantenerlo durante todo el evento, recuperándolo rápidamente si por algún motivo lo perdieran.

Estos ejemplos sirven para acentuar la importancia de situarse en el nivel de activación óptimo cuando se trata de rendir a alto nivel en la tarea que lo requiera; y no solo en el deporte, sino en cualquier faceta, ya sea en el trabajo o la vida personal. ¿Cuántas veces hemos funcionado peor de lo que podríamos por no haber sido capaces de conseguir la tranquilidad y concentración de estos tiradores de arco, pistola o rifle? ¿O al contrario, por no haber estado lo suficientemente activados, quizá por falta de motivación? Los deportistas necesitan desarrollar habilidades para autorregular su motivación y sus emociones y así poder estar en su nivel de activación óptimo, más bajo o más alto en función de la tarea en la que deban rendir (de alta precisión, de alto esfuerzo físico, etc.), y aumentar así sus posibilidades de éxito. Y lo mismo cualquier otra persona que desee optimizar su rendimiento en la tarea que sea, especialmente en las situaciones más críticas o que más importan, para que no suceda como a esos deportistas favoritos cuyas expectativas se han esfumado, quizá, por no haber sido capaces de dominar y poner en práctica una habilidad tan decisiva cuando llega el momento de la verdad.

Chema Buceta
8-8-2016

Twitter: @chemabuceta


 

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