Queridos Reyes Magos:
En 2016 espero
competir en los Juegos Olímpicos de Río. Aún no estoy clasificado, pero estoy seguro de lograrlo porque he trabajado duro y me lo merezco. Estar en unos Juegos representando a mi país es mi máxima
aspiración, lo que siempre he soñado. Estuve a punto de ir a Londres en 2012, pero creo
que no tuve la experiencia suficiente para clasificarme. Me preparé bien: seguí
un plan meticuloso, entrené duro, cuidé mucho la alimentación… y según mi
entrenador estaba listo, y yo también lo pensaba, pero cuando llegaba el
momento de hacer la marca… nada! Casi no podía dormir y salía muy nervioso.
Algo mental. La falta de experiencia. Otras veces estoy nervioso, pero eso me
ayuda a concentrarme y en cuanto empiezo me encuentro bien. Salvo en el
campeonato de Europa cuando tenía una de las mejores marcas y no logré entrar
en la final. Ese fue simplemente un mal día de cabeza. No se puede estar
siempre bien. Pasé la página y seguí entrenando duro. Es la mejor manera. Si no
salen las cosas, se entrena más duro. Siempre lo he hecho así y me ha ido bien.
Y este último año he entrenado muy duro, con muchos sacrificios, así que estoy
seguro de que no me pasará como la otra vez y me clasificaré para Río. Por eso,
solo os pido suerte: que no me lesione y llegue en mi mejor momento, y que
pueda dormir bien y no ponerme tan nervioso. De todas formas, dejo una de mis
zapatillas favoritas por si además queréis dejarme algún detalle (me vendría
bien una novia que me entendiera,
jajaja) e incluso algún consejo. ¡Ah!
tomaos el mazapán que os dejo. Por supuesto, yo ni lo he probado!
La noche del 5 de enero, archivó la carta en el disco duro del ordenador y se fue a la cama. Por la mañana
había entrenado duro, pero a diferencia de otras muchas noches, no le dolieron
las piernas y apenas tardó en conciliar el sueño. Durmió bien y despertó fresco. Había
dejado en el salón una de sus zapatillas y sabía que “el amigo invisible” que
compartía con sus compañeros de piso no fallaría. Así fue. Junto a la nike de último modelo había un paquete
que contenía unos CDs de su música favorita. ¡Un regalo estupendo! Y el suyo
también tuvo mucho éxito, así que una mañana de Reyes perfecta. Y después, ¡a
entrenar! Ya en la pista, al calzarse la
zapatilla que había dejado en el salón, notó que había algo dentro: un papel
doblado (???). Lo abrió y… leyó…
Querido amigo:
La suerte está en todo
aquello que no puedes controlar, y ahí podemos hacer poco, salvo desearte que
la estrella que nos guía esté de tu lado. Pero puedes reducir el efecto de la
suerte si te concentras en lo que depende de ti. Dices que entrenas duro, y en
fin, nosotros no entendemos, pero seguramente estará bien. Pero ¿qué haces para
controlar esos nervios? ¿Simplemente, esperas que no aparezcan o no te
perjudiquen? ¿qué la suerte te acompañe? Después de todo lo que entrenas y lo
bien que te cuidas, ¿por qué dejas que la suerte decida sobre tus nervios? ¿No
sería mejor que fueras tú quien los dominara? Seguro que tu entrenador es muy
bueno en lo suyo y tú tienes más experiencia que hace cuatro años, pero ¿no sabes que hay especialistas de lo de la cabeza (como tú dices), psicólogos
del deporte que pueden ayudarte decisivamente? Claro,
tendrás que buscar a buenos profesionales: no vale cualquiera; como tampoco
vale cualquier entrenador, ¿o no? En tu carta dices que sabes lo que te falló
para no ir a Londres, así que… tú mismo!
Qué tengas un buen año!
Melchor, Gaspar y
Baltasar
(Feliz año olímpico a todos, seáis deportistas o no. Qué cualquiera
que sean vuestros objetivos, ganéis terreno a la suerte y, como los grandes
campeones, dependáis todo lo posible de vuestras decisiones acertadas, la ayuda
apropiada y el trabajo constante y adecuado).
Chema Buceta
5-1-2016
@chemabuceta
www.psicologiadelcoaching.es
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