miércoles, 31 de julio de 2013

¿ES ESTO EL COACHING?

             
                                                               ¿Libro de ficción?


Pasaron varios meses sin que yo notara progresos. Hablaba y hablaba de lo de siempre con mi psicoanalista, el doctor Pagaitexkutxoundia, pero no avanzaba. Al parecer, el aguafiestas de mi inconsciente no quería colaborar, y así era muy difícil; prácticamente imposible. Un día quedé con Guillermo, y le vi bastante bien.

--- ¿Sabes, Vicen?  La terapia que estoy haciendo me está sentando estupendamente… Me encuentro como nuevo…

--- Hombre, cómo me alegro, amigo --- me congratulé --- Debe ser que a tu inconsciente, a diferencia del mío, le gusta colaborar… Seguro que comprende mejor lo que es trabajar en equipo…

--- ¿Mi inconsciente? No sé ni de que va eso, Vicen --- replicó --- Mi terapeuta nunca me ha hablado del inconsciente.

--- ¿Nunca? ¡¿Qué dices?! --- reaccioné entre estupefacto e incrédulo --- Pero si es la clave para progresar…

---???????

--- ¡Me estás vacilando, tío! --- insistí.

--- Vicen, comparado contigo, yo sólo soy un novato en todo esto de los psicopsiquiatras; pero en mi caso, del inconsciente ese, ni mu.

Fue un shock  terrible que rompió todos mis esquemas; pero la realidad era que mi amigo había avanzado y yo estaba cada vez peor. Claro que probablemente, pensé, su trauma sería más leve: sin esas experiencias horribles que yo había protagonizado en mi infancia que obligaban a una terapia más contundente. Quise convencerme; y para ello elaboré una frase que me repetía constantemente: “lo mío es más profundo; necesito comprender a mi inconsciente”. Hasta la grabé en mi móvil acompañada de música, y lo programé para que sonara cada vez que me telefoneaba alguien. Yo mismo, desde una cabina, me llamaba para poder oírlo. Así estuve más de veinte días; hasta que harto de no convencerme, decidí cambiar de terapeuta y probar con el que tenía Guillermo.

--- Bye, bye, inconsciente de mierda… estoy hasta los mismísimos cojones de ti… ¡ahí te quedas!  (Tras decir esto, me sentí muy aliviado).

El terapeuta de Guillermo estaba de viaje, por lo que no me dieron cita hasta tres semanas más tarde; y para mí era demasiado. Pero recordé que en la empresa me habían hablado de uno al que llamaban “coach”. Según me explicaron, no era un psicoterapeuta, sino alguien que te ayudaba a mejorar en tu trabajo y en tu vida personal, pero sin que estuvieras tarado. La verdad es que no entendí muy bien qué era lo que hacía exactamente, pero como pensé que no tenía nada que perder y me urgía hablar con alguien, decidí pedirle hora.

--- Buenas tardes; soy Sebastián Alegre, coach certificado por la Asociación Internacional, la Europea, la Española y la de Alcorcón. Soy discípulo directo de José Miguel García Liante, fundador y presidente del Alcorcón Coaching and Mentoring Institute; seguro que ha oído hablar de él…

(No pude evitar poner cara de no tener ni idea).

--- Sí, ha escrito varios libros --- continuó --- Seguro que ha leído alguno…

(Me sentí culpable por ser tan ignorante).

--- Hay uno que es un auténtico bombazo: se titula “Eres un ganador aunque aún no lo sepas” ¿Qué le parece?

--- Tiene buena pinta ¿no?

--- Más que eso --- saltó Alegre --- En este libro, García Liante defiende una evidencia contundente: el espermatozoide que fecundó el ovulo para darnos la vida, lo consiguió compitiendo con millones de colegas que perseguían el mismo objetivo… pero sólo ese, precisamente ese, lo logró… ¡un auténtico ganador! Y el resultado somos nosotros… unos ganadores en potencia… pero eso hay que desarrollarlo, obvio… y para eso está el coaching…

(Me quedé asombrado con tan ingenioso planteamiento; pensé que mi inconsciente sabría todo eso; y, sin embargo, el muy cabrón no lo había compartido).

--- El gran maestro García Liante se formó como coach con Ronny Pasas, que a su vez se certificó con George Pancake, seguidor de la escuela de coaching desarrollada por Donald MacBurger, uno de los grandes gurús a nivel internacional…

(Así se presentó el coach, dejándome casi sin palabras).

--- Me gustaría saber en qué le puedo ayudar; pero antes, debo decirle que el coaching es algo más que un método de trabajo… Es una forma de vida… y eso supone lograr una transformación en la que yo, su coach, estaré acompañándole…

--- Ajá; comprendo…

--- ¿Lo comprende?

--- Sí, creo que lo comprendo…

--- ¿Lo cree? ¿O lo comprende?

--- Bueno, lo creo, sí; creo que lo comprendo.

(El coach asintió; y guardó silencio; hasta que se hartó).

--- ¿Así que cree que lo comprende?

--- Sí, así es…

--- Muy bien; me alegro de que lo comprenda --- recalcó el coach --- ¿Y qué es lo que comprende?

---Pues eso; lo que me ha dicho…

--- ¿Lo que le he dicho?

--- Sí, sí…

--- Muy bien. Y de lo que le he dicho, ¿Qué es lo que comprende mejor ?

--- Pues todo…

--- Entonces, ¿comprende usted que se necesita una transformación para poder alcanzar lo que uno persigue?

--- Ajá… y bueno… supongo que eso es algo parecido a lo del inconsciente --- me atreví a participar.

--- ¿El inconsciente? No; esto no es terapia. Mire, yo soy licenciado en Económicas y coach, pero no soy psicólogo o psiquiatra. Eso es otra cosa.

--- ?????

--- El coach le acompaña en esa transformación que necesita para ser más feliz y gestionar mejor su vida…le hace preguntas para que usted encuentre las respuestas…

--- Bueno, también lo hace mi psicoanalista…

--- Esto es diferente; no es psicología, es coaching; yo le acompaño para que usted se conozca mejor y pueda alcanzar metas más altas… y hay coaching ejecutivo, coaching directivo, coaching personal, coaching de grupos, coaching deportivo, coaching educativo, coaching gastronómico… Supongo que usted quiere el coaching personal ¿no?

--- ??????????????????????????????

--- Sí; para mejorar la gestión de su vida… Para eso lo importante es que usted y yo, su coach, encontremos ese punto de encuentro en el que nos beneficiemos mutuamente… esa conexión que nos sirva para lograr la transformación psíquica, emocional y espiritual de la que le hablaba… ese autoconocimiento… y para eso hay que profundizar…

--- ¿Profundizar?  (recordé a Cuenttini y a Pagaitexkutxoundia). Pero eso…

--- Mire; un famoso filósofo griego llamado Artodetekilas ya lo decía: “Profundiza, transfórmate y crece”, una frase que inspiró mucho a Amígdalas, laureado campeón olímpico de la antigua Grecia, quien a pesar de sufrir una terrible inflamación en la garganta que le dificultaba respirar, siguiendo las enseñanzas de Artodetekilas fue capaz de transformar el dolor en estímulo positivo y, así, derrotar a sus rivales.

--- Pero eso… (quise decir algo, pero no pude).

--- ¡Ah! y fíjese que recientemente se ha sabido que el legado de Artodetekilas formó parte de la cultura tolteca, el pueblo más avanzado del México prehispánico… y eso que el filósofo vivió varios siglos antes… y no había internet, jajaja… sorprendente ¿verdad?

(El coach seguía lanzado; era inútil intentar hablar).

--- Muchos triunfadores han seguido las máximas del gran Artodetekilas. Los mismos Beatles se inspiraron mucho en la idea de profundizar cuando compusieron “Yellow Submarine”. Y no hay que olvidar una de las frases que definen el positivismo: “Piensa bien y acertarás”.

--- ??????????????????????????????????????????????

--- Sócrates desarrolló el método socrático para ayudar a sus discípulos a través de las preguntas. Por eso un coach hace muchas preguntas. ¿Qué opina?

--- Bueno…

--- ¿Es que no opina?

--- Sí, sí, claro…

--- ¿Claro? Dígame ¿Qué opina?

--- Pues que es interesante lo del griego ese --- contesté para quitarme el acoso de encima.

--- ¿A qué griego se refiere?

--- A ese que me dijo.

--- ¿A quién?

--- Pues a ese…

----¿Quién es ese? ¿Artodetekilas? ¿O Sócrates?

Me agobié tanto que le dije que tenía prisa y salí disparado. En el camino a casa, llamé a Pagaitexkutxoundia para pedirle perdón y solicitar que me readmitiera en la terapia.

(Fragmento de mi libro de ¿humor? ¿ficción? “Quién no tenga un cable cruzado que tire la primera piedra”, publicado por Dykinson).


¿Es esto el coaching?  ¡Feliz verano!

Chema Buceta
31-7-2013

twitter: @chemabuceta

www.psicologiadelcoaching.es

domingo, 7 de julio de 2013

¡ESCUCHA, HABLA Y TRIUNFA!

           Una buena comunicación contribuye a optimizar el rendimiento de los deportistas



En la experiencia de todos los entrenadores con los que he tenido el honor de trabajar como psicólogo, la de muchos otros que conozco, la mía propia en mi faceta de entrenador, existen múltiples episodios de buena y mala comunicación con los deportistas. Los primeros han facilitado el rendimiento de éstos. Los segundos, lo han perjudicado. Un buen mensaje en el momento oportuno, suma. Uno malo, o a destiempo, resta. ¿Hacemos algo al respecto?

Los entrenadores somos expertos en la técnica, la táctica, la planificación y los sistemas de entrenamiento de nuestro deporte. Y los hay que saben muchísimo. Pero no somos nosotros quienes competimos en la arena, sino nuestros deportistas. Algo obvio, pero que bastantes veces no asumimos del todo. Dedicamos mucho tiempo a pensar y decidir lo que harán los jugadores para optimizar su rendimiento, pero apenas reflexionamos, o lo practicamos muy poco, sobre el cómo se lo vamos a transmitir; como si bastara que lo supiéramos nosotros. ¡Pero los actores son ellos!

¿Cuántas veces nos hemos exasperado porque los deportistas no ejecutan nuestros planes tal y como habíamos previsto? ¿Y cuántas de esas, les hemos culpado a ellos por no haber puesto atención, no estar motivados, no tener actitud…? Sin embargo, ¿cuántas hemos analizado y concluido que quizá no hemos acertado en el proceso de comunicación? ¿que no hemos sido capaces de captar la atención de nuestros chicos, despertar su interés, favorecer que comprendan lo que pretendíamos, provocar que confíen en que serían capaces de ejecutarlo? ¿Son ellos los culpables? ¿Y nosotros?

La comunicación es el elemento que necesitamos para transmitir información. El eslabón decisivo entre las ideas del entrenador y la ejecución de éstas por parte de los deportistas. Trascendente siempre, y especialmente complejo cuando se trata de momentos críticos. Pensemos, por ejemplo, en un tiempo muerto, el descanso de un partido con el marcador en contra, una mala racha, la existencia de problemas internos... ¿Cuidamos suficientemente un eslabón tan decisivo?

Además, es una poderosa herramienta, aunque no la única, para influir en el estado psicológico individual y colectivo. A través de las reuniones con los deportistas, el entrenador puede estimular o neutralizar, según le convenga, la motivación, el estrés, la autoconfianza, la atención, la cooperación, el ambiente, la cohesión de equipo… Aspectos clave para optimizar el rendimiento. ¿Seguimos quejándonos?

Y por supuesto, la comunicación es un factor fundamental en el desarrollo de la propia imagen pública del entrenador y sus relaciones con los deportistas, los miembros del equipo técnico, los directivos del club, los medios de comunicación, los aficionados… Un instrumento básico para liderar con eficacia y avanzar en la carrera profesional. Algo que, en bastantes casos, puede marcar la diferencia en el rendimiento y los resultados.

¿Cómo se consigue una comunicación eficaz? Desde luego, no simplemente soltando el rollo de cualquier manera. Es un error habitual: pensar que basta con hablar, decir lo que uno quiere transmitir. Lo trascendente no es lo que el entrenador dice, sino el impacto de lo que dice.  Muchos mensajes se quedan en el camino, chocan contra la muralla mental de sus destinatarios o llegan en malas condiciones y son interpretados deficientemente. Otros están mal seleccionados. Por ejemplo, el entrenador pretende motivar y equivoca los mensajes de su charla. No vale decir cualquier cosa. A veces, el contenido en sí mismo es apropiado, pero está desgastado de tanto usarlo. Otras veces, es la forma de decirlo: el momento, el formato, la estructura, el tono, los gestos, el contacto visual, la emoción que lo acompaña… todo influye en menor o mayor medida, en ocasiones de manera decisiva. ¿Merece la pena mejorar?

Comunicar no es sólo hablar. También es escuchar. Un aspecto de gran importancia que los entrenadores a menudo olvidamos. Saber escuchar permite obtener información de los deportistas que puede ser muy valiosa: sus intereses, sus temores, su forma de ver las cosas… detalles que pueden sumar. Además, es clave para desarrollar empatía (que los deportistas perciban que el entrenador es capaz de comprenderlos, de ponerse en su lugar), la puerta de la confianza mutua y la apertura mental. El entrenador que escucha correctamente (no se trata simplemente de oír, sino de escuchar) establece una conexión mejor con sus deportistas, y ésta facilita que, cuando hable él, sus mensajes lleguen y se consoliden mucho mejor. 

Resulta obvio que en la dinámica de un equipo deportivo (o un deportista individual) hay momentos para escuchar y otros para hablar. Una habilidad del entrenador es saber diferenciar esos momentos: cuando conviene escuchar; cuando hablar. Tiene que ver con el estilo de liderazgo más apropiado en cada situación. A veces más participativo; otras, más directivo. En estas últimas, cuando el entrenador debe transmitir sus órdenes sin consultar, será mucho más eficaz si previamente ha sabido escuchar. ¡Escuchar, hablar y triunfar!

Muchos entrenadores son grandes comunicadores. Otros, no tanto. Y los hay que jamás podrán avanzar por su escasez de recursos comunicativos. La capacidad innata y el aprendizaje a través de la observación de otros y la experiencia propia, marcan una diferencia; pero todos, incluso los más hábiles, podemos mejorar si aceptamos la trascendencia de la comunicación y nos interesamos por crecer en este aspecto. ¿Nos conformamos con lo que tenemos? ¿O desarrollamos un recurso muy potente para enriquecernos y dar un verdadero salto? 

(Quizá os interese el curso sobre HABILIDADES DE COMUNICACIÓN PARA ENTRENADORES DEPORTIVOS  que tendrá lugar en la UNED, en Madrid, los próximos días 19 y 20 de julio. Aquí está el link. Si asistís, será un placer. Allí nos vemos!)



Chema Buceta
7-7-2013

twitter: @chemabuceta