jueves, 30 de enero de 2014

COACHING: ¿PSICOLOGÍA O MORROLOGÍA?

El protagonista del coaching es el coachee


Una atractiva señorita salió en la televisión diciendo que era psicóloga y coach; y tuvo la amabilidad de compartir una fórmula mágica para solucionar los problemas. Se coge un papel; se escribe el problema; se cierra el papel; se guarda en el congelador de la nevera... ¡y el problema se congela! Al parecer eso es Coaching. La eminente experta no reveló sus fuentes, pero cabe pensar que se trata de una versión sureuropea del internacionalmente conocido "Coaching Igloo", método desarrollado por el famoso gurú Westing House, fundador y presidente ejecutivo de la NICASO (National Igloo Coaching & Alaskan Smiling Organization). 

Unos días antes, un periódico había desvelado el infalible método Dakota, consistente en pintarse la cara como los antiguos pobladores de los actuales Estado Unidos para desinhibirse y... en fin, para desinhibirse y supuestamente iniciar una exitosa transformación (!!!). La coach que lo explicó, sin cortarse un pelo, añadió que el Coaching no es Psicología... "porque ésta mira hacia el pasado y aquél hacia el futuro" (???). Y se quedó tan ancha. "Ignorancia atrevida, cuando hablo te doy vida" (verso anónimo incluido en el refranero recopilado por Fray Tomás Abiondo).

¿Meter papeles en un congelador y pintarse la cara para hacer el indio es Coaching? Psicología no es, desde luego. ¿Qué es entonces? Difícil cuestión que quizá deba ser abordada en el próximo congreso extraordinario de la AMA. Ambas estrategias podrían ser asignadas a la antigua ciencia de la Morrología. A partir de ahí, puede surgir una nueva especialidad de Coaching: El Morrocoaching o Coaching Hardfacial, con sus correspondientes certificados profesionales.

(La AMA es la Atlantic Morrological Association, una institución con ánimo de lucro a la que sólo pueden pertenecer acreditados expertos del morro de ambos lados del Océano Atlántico).

Estimulado por estos exóticos ejemplos del Coaching más vanguardista, aproveché una conferencia sobre posibles salidas profesionales para psicólogos que tenía que impartir en la UNED (que no es la Unión Neoliberal de Extrovertidos Divorciados; sino la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España) para hablar sobre el Coaching y la Psicología del Deporte. 

¿El Coaching no es Psicología? ¿Qué es entonces? ¿Matemáticas? ¿Ciencias Empresariales? ¿Geografía e Historia? Aunque también se nutre de otros conocimientos, el Coaching incluye, fundamentalmente, una serie de estrategias psicológicas de eficacia contrastada cuyo objetivo es contribuir a motivar, reflexionar, comprometerse, establecer objetivos, tomar decisiones, mejorar las relaciones interpersonales... cambiar comportamientos y actitudes, aceptar la realidad...  ¿A qué ciencia pertenece todo esto? ¿Una ciencia nueva? 

Existen acuerdos globales de la comunidad internacional sobre los contenidos de las ciencias. Y la que incluye estudiar, comprender, evaluar y modificar el comportamiento humano es la Psicología. Otra cosa es que el Coaching sea un campo profesional exclusivo de los psicólogos. No lo es. Los psicólogos tienen una ventaja, pero otros profesionales pueden ponerse al día y aprender la Psicología del Coaching. El Coaching es un campo abierto, pero por mucho que se quiera negar o disfrazar, el conocimiento científico de la Psicología es su pilar. De ahí parte un buen Coaching.

¿La Psicología mira al pasado y el Coaching al futuro?. El objetivo de la Psicología es, siempre, ayudar al cliente para que se encuentre mejor. Es decir, todo lo que hace es mirando al futuro de su cliente. Con ese objetivo, existen algunas escuelas psicológicas que indagan en el pasado del cliente, pero siempre con la idea de un futuro mejor. En la actualidad, estas escuelas, por ejemplo el Psicoanálisis, constituyen una tendencia minoritaria que por ignorancia se identifica con el conjunto de la Psicología. Sin embargo, la Psicología ha evolucionado mucho a través de décadas de rigurosa investigación. Salvo en las divertidas películas de Woody Allen, ya no es Freud el gran gurú, ni el diván el terreno de juego, ni el complejo de Edipo la piedra filosofal. Hoy en día, lo que predomina es la Psicología cognitivo-conductual, la Psicología positiva, la Inteligencia emocional, la Psicología del deporte y el alto rendimiento... es decir, la Psicología científica centrada en optimizar el funcionamiento presente y futuro de las personas, los grupos y las organizaciones. Se trata de detectar las necesidades existentes, comprender y evaluar los comportamientos habituales, aplicar estrategias eficaces para provocar cambios significativos y estables. El objetivo es enriquecer, optimizar, desarrollar herramientas útiles para un funcionamiento mejor en cualquier área: laboral, social, personal, salud, ocio... 

Ése es también el objetivo del Coaching; y por eso reúne estrategias psicológicas que provienen de la Psicología científica y asimismo están presentes en otros procedimientos de intervención. Por ejemplo, el Coaching incluye habilidades interpersonales del coach para lograr una buena empatía con el coachee que son similares a las de un psicoterapeuta con su paciente. O preguntas utilizando el método socrático que desde los años setenta forman parte de la Terapia Cognitiva. Ahora bien, el Coaching tienen una identidad propia, y su principal característica es que el protagonista del proceso es el coachee (es decir, quien recibe el Coaching). En terapia psicológica no siempre es así. En Coaching, sí. El coach no debe posicionarse y dirigir al coachee por donde él iría, sino ayudarle a que encuentre sus propias respuestas, su propio camino. 

Lógicamente, esto exige una gran habilidad. Para adquirirla, no basta con un par de cursillos y cuatro recetas de juegos divertidos, sino una formación sólida, horas de práctica en la dirección correcta y el rigor y la ética que deben caracterizar a un buen profesional. Entre otros aspectos, cuando se trabaja para ayudar a otra persona se debe asumir una responsabilidad. No basta con conseguir un impacto inmediato, sino que hay que contemplar, y tener muy en cuenta, los efectos de lo que se está haciendo más allá de ese momento concreto. Me han hablado de más de un "coach" que entusiasma con un sueño mágico y provoca una emoción positiva, por lo que concluye que ha hecho un gran trabajo. Pero, unos días después, cuando afronta la realidad, el coachee se da cuenta de lo lejano y ficticio de dicho sueño, y la euforia se transforma en frustración y profundo desánimo; a veces, en culpabilidad por no ser capaz y una fuerte depresión. El "coach" ni se entera de esta segunda parte. ¿Quién asume la responsabilidad? 

Es atractivo pensar que puedes ayudar a otra persona, pero... ¿de verdad estás preparado y dispuesto a asumir la responsabilidad de un verdadero profesional? ¿Psicología o Morrología?

(Adjunto el link de la conferencia para los que estéis interesados). 


Muchas gracias por seguir el blog.


Chema Buceta
30-1-2014

twitter: @chemabuceta
www.palestraweb.com
www.psicologíadelcoaching.es 






lunes, 20 de enero de 2014

¿VÉRTIGO DE LA ALTURA?

   ¿Podré aguantar aquí arriba?                                 
                                             


Que el Atlético de Madrid está haciendo una gran temporada es incuestionable; y el pinchazo ante el Sevilla, algo que perfectamente puede pasar. También se sabe que su plantilla no es la del Barcelona o el Real Madrid, pero que su ambición, disciplina y espíritu de equipo, entre otras virtudes, en gran parte lo compensan y explican que tras veinte partidos, siga compartiendo la cabeza de la clasificación.

Hace unas semanas, en la tertulia Al Límite de Radio Marca comenté que el momento crítico para el Atleti llegaba ahora. Hasta la fecha, una de sus ventajas ha sido la posición de outsider. La liga era cosa de dos: Barca y Madrid, y eso les permitía a los de Simeone apartarse de la presión mediática y de la propia masa social atlética, estableciendo una estrategia inteligente: “ir partido a partido”, sin el objetivo claramente definido de ganar la liga. Esto no hay que interpretarlo como que el equipo no lo ambicionara o no se lo planteara como una posibilidad real de puertas para adentro, sino como un objetivo difuso que iría cobrando cuerpo, o no, en función de la trayectoria. El Atleti ha sido ese ciclista que sale sin el objetivo claro de ganar la Vuelta, aunque con el sueño de lograrlo si las cosas le funcionan. Su estrategia es ir etapa a etapa, y así, rindiendo bien en cada tramo, se sitúa en los puestos de cabeza de la general, pero sin la presión de ser el favorito y tener la obligación de ganar. En esa posición se encuentra cómodo, y conforme la carrera avanza y continua haciendo buenas etapas, se va sintiendo con fuerzas para mantenerse ahí y, si llega, aprovechar la oportunidad de ganar al final.

Habitualmente, en el deporte, la empresa y la vida misma, se habla de la importancia de fijar una meta a medio/largo plazo, bien definida, para estimular la motivación de alcanzarla, tener claro el rumbo a seguir y comprometerse con el objetivo sin que haya vuelta atrás, así como metas a corto plazo relacionadas con la anterior, para obtener éxitos cercanos que fortalezcan la autoconfianza y la motivación respecto al objetivo final. En muchos casos, es la estrategia correcta, pero no siempre. En general, lo es cuando se tienen experiencias exitosas previas y una sólida autoconfianza, se necesita poner orden determinando con claridad a dónde se quiere llegar, o no queda más remedio que lanzarse a la piscina por muy fría que esté el agua. Es el caso del Barca y el Madrid. Su trayectoria es exitosa, y por los medios de que disponen, quieran o no, son favoritos. Sí o sí, tienen que fijar el objetivo de ganar la liga. No hay otra opción. Después, así lo hacen, van partido a partido sin menospreciar a nadie, buscando siempre los tres puntos; pero el objetivo final está claro, no admite discusión.

Sin embargo, cuando las circunstancias son otras (peor trayectoria pasada, menos medios…), la probabilidad del objetivo final es incierta y existen otras alternativas aceptables (quedar segundo o tercero para jugar la Champions…), lo más adecuado puede ser centrarse en objetivos a corto plazo que acerquen a una buena meta final, sin definir ésta del todo de antemano. Esta estrategia favorece que se parta de una motivación más realista, permite medir las propias fuerzas a cada paso que se da, y facilita fijar el objetivo último en función de lo que se vaya logrando. Camino idóneo para un equipo con el que nadie cuenta. 

La cosa cambia cuando el tapado deja de serlo y no tiene más remedio que salir a la superficie. Entonces, la presión es otra, y si no está acostumbrado a la altura, el miedo puede atenazarle. Los únicos empates que ha cedido el Atleti en su campo han sido en dos partidos en los que si ganaba, se situaba como líder en solitario. ¿Casualidad? Puede ser. Pero… ¿Vértigo a la altura? ¿Miedo al peso del maillot amarillo? ¿A no ser capaces de mantenerlo? Contra el Barcelona, el empate se interpretó como un éxito parcial por ser quien es el rival y haber dado la cara dignamente. ¿Y el del Sevilla, una semana después? Ya contra el Levante, en el último partido de diciembre en casa, cuando con empate  a dos en la segunda parte tuvo que resolver el partido, el Atleti estuvo muy espeso, sin la fluidez de antaño, con la precipitación y falta de ideas de un equipo agarrotado que busca con desasosiego el gol. Se benefició de un penalti que le sacó del atolladero, pero pintaba feo. Frente al Sevilla, síntomas similares; aunque sin esa fortuna. Contra el Málaga fuera y el Valencia en la copa, ganó; pero no generó tantas oportunidades como otras veces. ¿Cansancio físico? ¿Se acaba la gasolina?

Es difícil encontrar la causa de este aparente “descenso”. Probablemente sea lo normal en un equipo muy bueno que para poder competir de tú a tú con dos súper colosos, tiene que apretar el acelerador al máximo y no siempre puede hacerlo. Algo lógico en el deporte. ¡Bastante ha conseguido ya con cincuenta y un puntos en veinte partidos! También puede haber una explicación física, por supuesto. Simeone hace pocas rotaciones, y el desgaste de estar a la vanguardia en las tres competiciones tiene que notarse. Pero no hay que descartar lo psicológico: la presión del que está arriba y ya no puede esconderse. El vértigo de la altura de quien no está acostumbrado y teme caerse. Estando ahí, se puede seguir yendo partido a partido, pero ya es ineludible el objetivo final de ganar la liga. Una presión que habrá que ver si el Atleti puede o no gestionar. De momento, los síntomas señalados generan dudas. Pero esa es la gran prueba de fuego. ¿Puede aguantar la presión de ser favorito? ¿De tener la obligación de ganar? ¿De saber que si gana se coloca de líder, con la responsabilidad que eso conlleva? ¿De mantener el liderato? ¿De responder a lo que espera y le pide a voz en grito su afición: ganar la liga? Esa presión, que como tapado no tenía, puede afectar a su rendimiento; quizá no en gran medida, pero sí lo suficiente como para no poder seguir el vertiginoso ritmo de sus demoledores adversarios. ¿Podrá con eso?

Comenté la semana pasada, tras el partido contra el Barcelona, que si el Atleti tiene alguna posibilidad de ganar la liga, en mi modesta opinión (respeto otras), es como tapado: a rueda de los dos primeros, sin perder comba, esperando su oportunidad en el tramo final de la carrera. Por eso creo que aunque se duplique la competencia, le favorece que el Madrid se haya aproximado tanto a la cabeza: la rivalidad mediática Madrid-Barca volverá a alejar a los rojiblancos de los principales focos, y eso les puede beneficiar. No obstante, aún pudiendo regresar en parte a ese papel secundario que tan bien le ha ido, ya no será lo mismo que al principio. Son muchas etapas en el pelotón de los escapados, el final está más cerca, la meta se ve más viable... y llega un momento en que, al menos privadamente, hay que fijar y comprometerse con el objetivo final so pena de caer en el conformismo cuando se necesite el mayor sobreesfuerzo.

En los meses que quedan, además de los recursos físicos de una plantilla que probablemente tendrá que rotar más, será interesante ver cómo maneja el Atleti la presión de dieciocho partidos sin apenas poder fallar, o el nerviosismo si se descolgara un poco de sus gigantes compañeros de escapada. Si aguanta ese envite psicológico sin perder la tranquilidad, centrándose en sus fortalezas, ocupándose de lo que tiene que hacer para ganar más que preocupándose de lo que puede conseguir o perder, tendrá más posibilidades de seguir estando en ese selecto pelotón de cabeza; y entonces, como ha sucedido ahora, quizá tenga su oportunidad de esprintar y cruzar el primero la meta. 

Chema Buceta
20-1-2013

twitter: @chemabuceta

domingo, 5 de enero de 2014

CARTA A LOS REYES MAGOS

                         
                                                    ¿Un niño que no pide juguetes?


Trabajaban a destajo para poder cumplir con todos los encargos. Millones de cartas se clasificaban por países, edades y tipo de regalos. La organización impecable resultaba imprescindible para ese excepcional servicio al cliente que desde siempre les había caracterizado. La trascendencia de su misión y el extraordinario prestigio tan merecidamente ganado como principal proveedor mundial de los últimos dos milenios, así lo demandaban. Y así se lo transmitían a sus ayudantes en sus exigentes cursos de formación. Cada uno de sus millones de clientes era sumamente importante, por lo que errar con uno solo de ellos, constituiría un desastre sin precedentes que mancharía su inmaculada trayectoria. Conscientes de ello, todos sus subordinados se esmeraban al máximo. Con inusitada rapidez, sólo comparable a la de los renos de Papá Noel, su gran competidor, abrían las cartas, las leían y las ordenaban; después, otros se encargaban de atender y preparar los pedidos; y un tercer grupo acompañaba a los Reyes en la agotadora noche del reparto.

Como estaban bien entrenados, y los Magos habían desarrollado la habilidad de delegar, estos cientos de ayudantes trabajaban con bastante autonomía, y sólo acudían a sus jefes cuando surgía algún imprevisto que no sabían resolver. Ese fue el caso de Estrella Rosconi, una de las primeras mujeres que se habían incorporado a la plantilla, donde ya llevaba trabajando casi trescientos años. Leyó y releyó esa carta, pero no supo clasificarla. Venía de España, y el remitente era un niño de nueve años, pero el contenido no encajaba en ninguna de las categorías habituales, y eso que tenían más de cien. Consultó a compañeros más antiguos pensando que su mayor experiencia podría solucionarlo, pero ni siquiera Kabal Ghata, que pertenecía a la empresa desde hacia más de mil años, supo orientarla. Estrella no quería molestar a los Reyes. Necesitaban descansar y prepararse para la gran noche, por lo que estarían durmiendo, leyendo algún libro relajante o visualizando su tarea, pero no tuvo más remedio.

Melchor fue el primero en leer la carta, y no supo qué decir, por lo que se la pasó a Gaspar. Éste, sorprendido también, hizo lo propio con Baltasar. Decidieron reunirse los tres para leerla en voz alta, reflexionar conjuntamente y darle una solución. Gaspar fue el encargado. 

Queridos Reyes Magos:

Como tengo mala letra, le he pedido a mi madre que escriba la carta, pero con la condición de poner lo que yo le digo. Me llamo Raúl y tengo nueve años. Tengo dos hermanas mayores que yo, que soy el pequeño. Me gusta mucho jugar al fútbol y de mayor quiero ser futbolista, bombero o ingeniero informático. Aún no lo he decidido. Juego al fútbol en el equipo de mi colegio y lo que quiero pediros este año es que habléis con mi entrenador y con mi padre.

--- ¡No pide juguetes! --- exclamó Melchor ---Mira que hemos visto casos extraños, pero nunca nos ha pasado esto.

--- Sí que es raro, sí --- confirmó Gaspar --- ¿Cómo se le habrá ocurrido algo así? ¡Pero si nosotros no hablamos con nadie!

--- Quizá otros niños también lo desean, pero no se atreven a pedirlo, o no se les habrá ocurrido --- apuntó Baltasar --- ¿Será el único niño en el mundo que necesita eso?

--- Bueno, sólo tenemos esa carta... ¡Un niño que no pide juguetes!

Gaspar continuó.

Mi entrenador llega tarde a muchos entrenamientos y a veces se lo pasa con el móvil sin hacernos mucho caso. Y otras veces no hace más que chillarnos, y nos insulta cuando cometemos fallos. Yo me pongo muy nervioso y así me sale todo mal. Muchos días lloro, pero sólo lo sabe mi madre. Y mi padre es muy buen padre, porque me lleva a los partidos y me anima mucho, pero se pone muy nervioso y se pasa el partido diciéndome cosas. A veces no se qué hacer, si lo que me dice él o lo que me dice el entrenador. Porque haga lo que haga siempre el otro me echa la bronca. ¿No podéis decirles que se pongan de acuerdo? Algunos días al terminar el partido los he visto discutir por mi culpa. Y yo lo paso muy mal. También me da mucha vergüenza cuando se enfada con el árbitro y le grita. Por favor, haced algo y os prometo que me portaré bien todo el año, seré obediente y no les fastidiaré a mis hermanas. Muchas gracias. Raúl.

¡Es increíble! --- sentenció Melchor --- No podía imaginarme que pasaran estas cosas en España.

--- ¿Sólo en España? --- cuestionó Baltasar --- Me gustaría averiguar si también sucede en otros países. Es muy grave que un niño al que le gusta el fútbol sufra tanto. ¿No creéis?

--- Lamentable, sí --- estuvo e acuerdo Gaspar --- Se supone que los deportes fueron inventados para pasarlo bien ¿no?

--- ¡Y sobre todo los niños! --- exclamó Melchor --- ¿O es que esos adultos se han creído que por el hecho de ser mayores pueden usar a los niños como si fueran sus juguetes? ¡No señor! ¡Son personas sensibles, y merecen ser respetados!

--- ¡Es intolerable! --- se encendió Gaspar --- ¿Dónde está la responsabilidad de ese entrenador? ¿Cree que puede abusar así de niños que confían en él?

--- ¿Y el padre? --- cuestionó Baltasar --- Seguro que actúa con su mejor intención... pero hombre…  ¿es que no piensa? ¡Cómo no se da cuenta de que eso que hace es muy malo para el chico!

Finalizado el cónclave, Estrella Rosconi recibió instrucciones muy precisas. Asunto resuelto. Cada uno a su tarea. Y llegó la esperada noche. Como siempre, misteriosa, mágica, pletórica de ilusiones. Raúl apenas pudo dormir. Confiaba en los Reyes, pero le asaltó la duda. Quizá debería haber pedido un videojuego de fútbol virtual, o la camiseta del Atlético de Madrid, su equipo favorito... pero ya era tarde para rectificar… aunque siempre podía haber algún extra. ¡A ver cómo se portaban este año! 

6 de enero. Amaneció algo nublado. Despierto e impaciente desde hacia un par de horas, apresuró a sus padres y hermanas y, con el corazón acelerado, entró el primero al salón dónde debían estar los regalos. En su zapato, un CD con la foto de un balón y una frase: “el fútbol es un juego fantástico”. Lo abrió. Había videojuegos con partidos de niños que como él adoraban el deporte y disfrutaban jugando. Le encantó. Sintió ganas de coger un balón, llamar a sus amigos y salir a jugar de inmediato. Bueno, en tres días volvería a entrenar con su equipo del colegio, y ya tenía ganas. ¿Y lo que en realidad les había pedido a los Reyes? Buscó el zapato de su padre. Junto a un trozo de carbón, vio una carta que éste leía en silencio.

--- ¿Qué es esa carta, papá?

--- Es algo que los Reyes me han escrito... pero no os puedo decir nada... me piden que sea un secreto...

--- ¿Y el carbón?

--- Bueno, ya ves…

Terminaron las vacaciones y volvió el fútbol. Lorenzo, el entrenador, llegó puntual; y sin enrollarse mucho, les explicó en qué consistiría el entrenamiento. Después, estuvo muy pendiente de todo, sin que apareciera el móvil. Les exigió, pero sin chillar ni insultar. A veces les hablaba alto para que le oyeran, y aceleraba la voz para transmitirles energía, pero siempre con respeto y de manera muy positiva. Hasta les felicitaba por lo que hacían bien, que ese día eran muchas cosas. Los chicos salieron muertos de cansancio de todo lo que habían trabajado, pero muy contentos. Lo mismo en los días siguientes. (???). El ambiente del equipo era estupendo. Raúl disfrutaba mucho, y llegaba a casa con una alegría que su madre no recordaba; listo para hacer los deberes del colegio.

Y el sábado llegó el partido. Su padre le llevó, y como de costumbre, ocupó su lugar en la grada; pero esta vez se limitó a ver el partido, animar educadamente sin ocuparse del árbitro y aplaudir las buenas jugadas de todo el equipo, que curiosamente, al igual que en los entrenamientos, también eran muchas más que antes. El entrenador animaba a los chicos, elogiaba sus aciertos y corregía con tono tranquilo lo que se podía mejorar en ese momento. Perdieron 3-1, pero no hubo malas caras, ni niños culpabilizados. Es más, Lorenzo entró en el vestuario y les felicitó por el esfuerzo realizado. Ya en la cafetería, mientras esperaban a los chicos, entrenador y padre se dieron la mano y aprovecharon para felicitarse el año. Del partido no hablaron. Como la calefacción estaba alta, se habían quitado la cazadora que les abrigaba, muy parecida. En el regreso a casa, el padre de Raúl se dio cuenta de que por error las habían intercambiado… aunque al principio dudó: en el bolsillo derecho ¡había un trozo de carbón!

¡Feliz año 2014!

Chema Buceta
5-1-2014

twitter: @chemabuceta.blogspot.com.es


jueves, 2 de enero de 2014

WWW.LIGATODOLOQUEQUIERAS.COM


                           ¿Dónde podía encontrar semejante escaparate a un coste tan bajo?



Como no tenía mucho tiempo para la vida social, eran pocas las oportunidades de conocer a posibles pretendientes. Y ahí estaba la ventaja de internet; su principal argumento para entrar en ese chat que le proporcionaba una ocasión única: hombres de todos los países y edades; blancos, tostados y negros; rubios y morenos; peludos y calvos; solteros, divorciados y viudos (también casados, pero a estos los descartaba); de personalidad y físico diferentes, de gustos variados… cientos, miles, quizá cientos de miles… todos estaban allí, en esa página mágica. ¡Y muchos se interesaban por ella! ¿Dónde podía encontrar semejante escaparate a un coste tan bajo? Era el lugar ideal para coincidir con una posible pareja que se ajustara a sus necesidades, y eso justificaba todas esas horas de navegación hasta la madrugada.

Además estaba el propio juego, que en sí mismo, por qué negarlo, la cautivaba. El coqueteo de siempre, pero con otros medios y mucho mayor alcance. Cierto que faltaba el contacto real, cuya emoción, defendía ella, es insuperable. Pero eso de hablar con varios a la vez y poder hacerlo en camisón, sin maquillarse, sin depilarse las piernas y con la máscara nutritiva en la cara... pudiendo poner la foto de una fiesta en la que estabas divina, o de cuando eras más joven, o esa de la playa con un sugerente bikini y un bronceado espectacular… jajaja… escribir lo que te de la gana sabiendo que no te ven, ni te conocen... reírte con tantas tonterías sin aguantar al patoso, y cortar cuando te apetece simplemente apagando el aparato… le resultaba fantástico.

--- Hola me llamo Fernando, te acuerdas de mí --- Acababa de encender el ordenador, y apenas entraba en la página cuando se coló este mensaje de un tal “Romeo”.

 --- ¿Fernando? Hola… no te recuerdo, disculpa.  Y aquí dice Romeo.

--- ola k haces guapa --- ahora era “hombre sincero” quien llamaba a la puerta.

--- Aquí estoy, nada especial, ¿y tú?

--- jejeje, Romeo es mi nik aki pero soy Fernando.. te dije que me encantava bailar salsa recuerdas

--- te estaba esperando guapa. ayer no entraste --- escribió “hombre sincero”.

--- A mí también me gusta la salsa. Me gusta mucho bailar --- escribió Virginia.

--- Eres muy amable por esperarme. Veo que eres un hombre galante, además de sincero, según dice tu nombre, jajaja. Oye, ¿Cuánto mides? --- contestó al otro mensaje.

--- Hola cielo!!!!  Que alegría!!!  Te has pensado ya si nos vemos el finde? --- un tercero, “Sebastián49”, entró en liza.

--- kieres que vallamos a bailar el sábado ---- insistió “Romeo”

--- te demostrare lo galante que soy cuando nos veamos  k nada le falte a mi chica jejeje  mido 178 te gusta

--- ¿Dónde quieres llevarme a bailar salsa?

--- como salsa? quieres ir a bailar salsa sabes a mi no me gusta bailar se me da muy mal  (Virginia se dio cuenta de que se había equivocado de destinatario).

--- Tranquilo, tranquilo.  Si no te gusta bailar, no pasa nada. Podemos ir a otro sitio. Por cierto ¿Cuánto mides?

--- ¿Dónde quieres llevarme a bailar salsa?  (Ahora sí acertó mandándole el mensaje a “Romeo”).

--- guapísima estas ay --- preguntó “hombre sincero”, sintiéndose olvidado.

--- Sí, sí, perdona.

--- ablas con otros a la vez

--- No, no, disculpa. Me llamaron por teléfono --- mintió.

--- si kieres ir a bailar vale ke vallamos por ke se un sitio guai.. pero por ke no kedamos antes para tomar un algo y asin nos conocemos

Ninguno de esos tres posible pretendientes llegó muy lejos. “Hombre sincero” era un caballero de pacotilla, un inculto que escribía fatal y un celoso sin causa al que muy pronto se le terminó el rollo de cursi hortera. “Sebastían49” le pareció un tipo insulso que sólo quería llevársela a la cama; y por añadidura, su estatura, 1,65 según dijo,  era insuficiente. Y “Romeo” estuvo cerca de convencerla para ir a bailar porque a ella le encantaba y la tentación estuvo ahí, pero las faltas de ortografía le condenaron al ostracismo definitivo. Como buena secretaria, era algo que no toleraba. Tampoco pretendía que escribieran con la pulcritud que ella lo hacía respetando hasta los acentos, pero poner vallamos o decir asin ¡era demasiado!


En las muy frecuentes, casi diarias, sesiones de chat, tuvo muchas experiencias. “Salto del tigre” insistió en invitarla a un loco fin de semana de sexo salvaje en una caravana. Como ella se reía mucho de sus estupideces, le dio cuerda; pero el tigre se puso muy pesado con sus repetitivos rugidos y tuvo que borrarlo de sus contactos.  “Ave Fénix” le habló, le habló y le habló  de su avión privado, ofreciéndole que le acompañara a un viaje inolvidable a Laponia; pero cuando llegaba el momento de concretar la fecha, el aparato se estropeaba, el piloto se ponía enfermo o no llegaban los permisos de vuelo.  “Fielfidel” le aseguró que desde que chateaba con ella no había vuelto a mirar a otra mujer; pero sus pésimas poesías acabaron con las escasísimas posibilidades de que su brillante estrategia cuajara. “Caballero feliz” estuvo dos semanas enviándola  flores y corazones virtuales, hasta que le confesó que era viudo y buscaba una esposa que fuera una madre para sus tres preciosos hijos. Un planazo, vamos. Fue el mismo día en que “Sin Tabús” la sorprendió cuando al conectar la webcam, que él le pidió, lo halló completamente desnudo disfrutando una erección.

Además de “Fielfidel” había otros hombres cultos; como un tal “Ovidio52”, profesor de lenguas clásicas en un instituto de Jaén, quien gustaba valerse de enriquecedoras citas para ilustrar cualquier argumento. Cuando Virginia le comentó que necesitaba a alguien para orientar a su hijo mayor sobre sus futuros estudios universitarios, Ovidio52 contestó: “Limpia la maleza y deja que la planta crezca  (proverbio chino anónimo)”. Y cuando compartió con él que su jefe le había propuesto trabajar algunos sábados por la mañana con una atractiva bonificación, pero que no sabía qué hacer porque apreciaba mucho ese tiempo libre, su sentencia fue rotunda: “Mira en tu interior (Ching Tgong Nishong)”. También entraban al chat intelectuales más avezados. Uno de ellos, con el grandilocuente nick de “MancodeLepanto”,  asombró a Virginia cuando, modestia aparte, le comunicó que su escrito “El pulpito feliz” había sido finalista en el “I Concurso de Cuentos Muy Breves Ría de Arousa”, y un amplio resumen estaba publicado en la web del ayuntamiento de Cambados. Ahora, según añadió, llevaba seis meses trabajando en su siguiente proyecto: “La necorita obediente”, que pensaba presentar al “IV Certamen de las Letras y el Marisco de O Grove”. Su error fue insistir en que su pasmada compañera de chat leyera ambos tesoros literarios. Virginia le borró de inmediato, y decidió que puesta a elegir, prefería las erecciones de  “Sin Tabús”.


Con tanto payaso virtual en el chat de www.ligatodoloquequieras.com, lo pasaba de cine pegada al ordenador; pero ahí quedaba todo. Por una razón u otra, pues siempre encontraba alguna, rechazaba o aplazaba sine die cualquier propuesta de cita. ¿Miedo a una nueva frustración?

(Fragmentos del libro "Quién no tenga un cable cruzado que tire la primera piedra". Un libro ¿de humor? ¿de ficción? para regalar en estas fiestas).


"Qué difícil que el ingenio de un autor, como ocurre en este libro, obligue a reflexionar y a reír sobre situaciones aparentemente absurdas que sin embargo son reales como la vida misma” 

Pilar Cernuda
Periodista


“He encontrado en estos relatos el humor en el que más creo y con el que más disfruto”

Isabel Ordaz
Actriz


"Es humor puro, del mejor, del que acostumbran a manejar los grandes maestros"

Alicia Mariño Espuelas
Crítico literario de Radio Nacional de España


PRECAUCIÓN
El contenido de este producto puede provocar sonrisas, carcajadas, desconexión mental, divertimiento, sensaciones agradables, deseos de ser feliz  y otros efectos saludables. Si es alérgico a estos síntomas, antes de consumirlo debe consultar a su psicólogo.


A todos los que tenéis la amabilidad de seguir este blog, os doy mis más sinceras gracias y os deseo un feliz año 2014 pletórico de salud, un poco de humor, algún que otro objetivo cumplido y un sentido de la vida que os permita disfrutarla. 

(Yo, desde luego, no tiro la primera piedra).

Chema Buceta
2-1-2014

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