martes, 7 de agosto de 2012

MEDALLAS: PREMIO A LA PERSEVERANCIA





Hoy ha sido una buena jornada para España. Marina Alabau (vela), Javier Gómez Noya (triatlón) y Ona Carbonell y  Andrea Fuentes (natación sincronizada) han ganado medallas. Los dos primeros fueron cuartos en los Juegos de Pekín, y cuatro años más tarde se han sacado la espina. Los cuartos y quintos puestos tienen un valor enorme que, sin embargo, queda eclipsado por las medallas, el gran objetivo de los que, como estos campeones, destacan más en su deporte. La reacción de los deportistas puede ser diversa. Los hay que valoran lo alcanzado y, al mismo tiempo, añoran la medalla que estuvo tan cerca. Y los hay que sienten una rabia y una frustración enormes por no haber conseguido el metal tan ansiado. Unos y otros, si aún tienen edad para ello, suelen plantearse de nuevo el objetivo de la medalla para los siguientes Juegos ¡dentro de cuatro años! En principio es un objetivo realista, pues lo han estado rozando; pero se encuentra demasiado lejos, y aunque para muchos deportistas es la meta que justifica su esfuerzo (y sus ingresos), no todos son capaces de perseverar lo suficiente como para seguir en la brecha con la ambición y la dedicación necesarias. Marina y Javier lo han hecho, demostrando así, no tanto por la medalla, que también, sino por su perseverancia, su talla de grandes campeones. Además, su actuación fue impecable. Marina se mantuvo en primera posición desde el primer día de competición, manejando la presión que conlleva el liderato: mayor si cabe por las continuas expectativas de oro puestas en ella. Javier se puso a la cabeza desde el inicio y corrió con mucha inteligencia, superando los fantasmas de la pájara que en Pekín le privó del pódium. Y qué decir de las chicas de sincronizada. Es evidente que si no hubieran sido perseverantes no habrían conseguido tan sobresaliente éxito. ¿Cuántas veces habrán repetido ese bellísimo ejercicio a ritmo de tango, hasta dominarlo con la maestría que han mostrado? Las medallas, el éxito en cualquier ámbito, son el resultado de varios factores: el talento, la planificación, los medios… y uno de los más importantes es la perseverancia; es decir la capacidad de insistir en el esfuerzo necesario para conseguir el objetivo que uno se ha propuesto, superando altibajos, contratiempos, reveses, vanidades, y también la tentación del acomodamiento. Para todos los campeones, las medallas son un gran premio a su perseverancia. Entre ellos, además de los españoles, quiero destacar a Félix Sánchez, de la República Dominicana, oro en los 400 metros vallas. Fue campeón olímpico en Atenas 2004, no lo consiguió en Pekín, y ahora, ¡ocho años después! vuelve a lograrlo. ¡Qué grande!

Chema Buceta
7-8-2012

twitter: @chemabuceta

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