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En esta ocasión, dedico el blog a contestar con brevedad preguntas
que con frecuencia me hacen sobre el coaching.
¿Qué es el coaching?
La etiqueta Coaching
se usa para referirse a cosas muy diferentes, algunas de ellas exóticas y con
muy poco rigor. En ocasiones, se identifica al coaching con el entrenamiento, y de hecho, en bastantes casos, lo
que hacen los coach es entrenar; sucede en el deporte (dónde el coach es el
entrenador), en las artes escénicas y en otros ámbitos. En estos casos, el coach
es un experto en un campo concreto que transmite sus conocimientos, aporta su
experiencia y da su opinión. A veces tiene autoridad, otras, no; pero siempre
dirige o aconseja.
Otra vertiente diferente sitúa al coaching como un método de intervención psicológica, no directiva,
para optimizar el funcionamiento de las personas a nivel individual o de
equipo. A diferencia de otros métodos de intervención, la característica más
importante del coaching es que el protagonista
en todo el proceso es quien lo recibe (llamado coachee), por lo que la función del coach no consiste en transmitir
conocimientos, dar su opinión, decir lo que hay que hacer, ser un motivador o
juzgar lo que hace el coachee, sino
ayudar, sin posicionarse, a que sea el interesado quien decida qué quiere
lograr y que sea él quien encuentre su propio camino. Con este propósito, sin
tomar partido, el coach es un facilitador que utiliza técnicas psicológicas
para desarrollar una buena empatía y ayudar al coachee a reflexionar, mejorar su perspectiva de las cosas, poner
en orden sus ideas, centrarse en lo que depende de él, tomar decisiones
complejas, poner en práctica planes de acción y desarrollar habilidades.
¿Cómo se aplica el coaching?
El coaching no
directivo se aplica en mayor medida en el ámbito laboral y a nivel individual,
mediante entrevistas entre el coach y el coachee
y tareas que este realiza en los periodos intermedios. Se utiliza sobre todo
con directores que tienen responsabilidades de liderazgo, pero se puede aplicar
con cualquier persona, tanto a nivel individual como en grupo, y en cualquier
ámbito profesional, formativo o personal en el que los interesados quieran
optimizar su funcionamiento.
En el ámbito profesional, el coach puede ser interno o externo a
la organización, pero la mayoría de los expertos coinciden en que es más eficaz un coach
externo, sin otra relación con el coachee
que la propia del coaching. Eso
facilita una interacción más libre, confidencial y eficaz que beneficia al
proceso de coaching.
¿Cuál es el objetivo
del coaching?
A diferencia de la terapia psicológica, el objetivo del coaching no es trabajar con pacientes
para que estos superen sus trastornos psicopatológicos (depresión, fobias,
ansiedad clínica, obsesiones, estrés post-traumático, etc.) , sino ayudar a
optimizar el funcionamiento de personas sanas en cualquier área. Ahora bien, el coaching no
es la solución para todo, ni la única herramienta para poder ayudar, sino un
recurso más que a veces será el más idóneo y otras no; un recurso que puede
complementar a otros (por ejemplo, a los cursos de formación o la consultoría).
El coaching es
especialmente útil cuando las personas queremos o debemos afrontar procesos de
cambio, alcanzar nuevos objetivos, tomar decisiones difíciles, mejorar nuestro
rendimiento o incorporar nuevas habilidades. Con independencia del motivo
específico por el que se desarrolle un programa de coaching, este debería servir para ayudar a crecer al interesado
más allá de ese motivo, de forma que, a partir de ese momento, sea más capaz de
conocerse a sí mismo, ver las cosas con una perspectiva más objetiva, afrontar
eficazmente sus retos y relacionarse mejor con los demás.
¿Qué relación tiene
el coaching con la Psicología?
El coaching es un procedimiento de intervención psicológica no
directiva cuya principal característica es que el protagonismo lo tiene el
interesado. Al no ser un campo reglado, puede haber coaches psicólogos y no
psicólogos, pero estos últimos deben aprender la Psicología necesaria para
poder desarrollar su labor con responsabilidad, rigor y eficacia.
¿Qué técnicas utiliza
el coaching?
Por un lado, el coach debe desarrollar habilidades para
regular sus propias emociones, tener una relación interpersonal apropiada con el coachee y ser capaz de atender a los estímulos relevantes durante la entrevista de coaching.
Asimismo, debe aprender a utilizar el lenguaje no verbal, los silencios, la
repetición/resumen de lo que el coachee transmite,
las preguntas para ayudarle a reflexionar, las metáforas, los ejemplos, las
explicaciones y sugerencias sin posicionarse… todo ello en el momento oportuno
y de la manera adecuada. Además, debe dominar conocimientos psicológicos relacionados con las emociones, la motivación, la autoconfianza y otras variables relacionadas con el rendimiento, así como técnicas psicológicas como el
análisis funcional, la tormenta de ideas, las matrices de decisiones, el
establecimiento de objetivos y otras, y ser capaz de incorporarlos al proceso
de coaching sin que el coachee pierda el protagonismo.
¿Sirve el coaching para liderar?
El coaching es una
buena herramienta para ayudar a quienes dirigen equipos, pero no debe
confundirse el liderazgo con el coaching.
El que lidera se puede beneficiar del coaching
que le proporciona a él un coach externo, y también puede incorporarlo como un
recurso más para liderar, pero no siempre podrá usar este recurso, y cuando lo
haga tendrá ciertas limitaciones debidas a su posición.
Dirigir personas conlleva una relación de poder y autoridad,
y en muchos momentos exige que quien lidera tome decisiones y dé órdenes sin poder
aportar información ni consultar a los liderados. Sin embargo, en el coaching el protagonista de las
decisiones es el coachee, y el coach
es un mero facilitador que no tiene poder ni autoridad. Gracias al coaching, un director puede
sensibilizarse más sobre la importancia de escuchar a quienes dirige, contar
con sus opiniones y permitirles una mayor autonomía de funcionamiento; y por
supuesto, puede desarrollar habilidades para llevar a cabo todo esto, pero su
función es dirigir, no hacer coaching.
Lo más recomendable es que el director, cuando lo necesite,
pueda acceder a un coach externo que le ayude a liderar eficazmente, y que a la
vez pueda incorporar a su liderazgo algunas herramientas del coaching, pero sin pretender ser el
coach de sus liderados.
¿Sirve el coaching para el crecimiento personal?
El coaching puede
ser muy útil para promover el crecimiento personal. Mediante un proceso de coaching, podemos aprender a conocernos
mejor, utilizar nuestras fortalezas, potenciar nuestras debilidades, ambicionar
nuevos objetivos, anticipar y superar dificultades, tolerar la frustración,
comprender y comunicarnos mejor con los demás y desarrollar valores y
habilidades.
El coaching no es
la única vía para crecer como persona, y en ocasiones habrá alternativas más
indicadas o a las que el coaching deba
complementar. Sin embargo, tiene un valor específico muy notable, ya que al ser
el protagonista el interesado, este se involucra más en los distintos procesos
y los pasos que da son más firmes. No es lo mismo que te señalen el camino, a
que seas tú quien deba buscarlo, elegirlo y asumirlo, por lo que a través de
las técnicas de coaching, se pueden
conseguir logros más sólidos.
¿Qué es el coaching educativo?
Es la aplicación del coaching
al ámbito de la educación para optimizar el funcionamiento individual y
colectivo de los profesores, tutores, jefes de estudio, directores y otros gestores de
centros educativos, padres de alumnos y los propios estudiantes. Al igual que en otros ámbitos, se puede aplicar a nivel individual o en grupo.
¿Se puede hacer coaching en grupo?
El coaching se
suele aplicar sobre todo a nivel individual, pero también se puede hacer en
grupo. Básicamente, existen tres tipos de grupos: los que incluyen personas que
no tienen una relación; los que se componen de miembros de una misma
organización que no pertenecen al mismo equipo; y los que forman parte de un
equipo que debe rendir como tal. En función de esta diferencia, los objetivos,
planteamientos y estrategias pueden variar, pero en todo caso se trata de
aprovechar la experiencia de cada componente del grupo para enriquecer a los
demás. En el caso de los equipos, además, el coaching puede ayudar a fortalecer sinergias positivas y optimizar
su funcionamiento cotidiano.
Las actividades pueden incluir algunos juegos, videos
cortos, discusión de casos, role-playing u otros elementos que aporten un punto de partida para la reflexión
individual y los debates en grupo. Como en el coaching individual, el coach debe ser un mero facilitador de
procesos, involucrando a todos en los ejercicios y los debates, aprovechando
las coincidencias y las discrepancias y, en definitiva, favoreciendo la reflexión
sobre los aspectos clave en un clima distendido que ayude
a abrirse a los participantes.
¿Qué es el coaching outdoor?
El coaching outdoor
es una modalidad de coaching en grupo
que incluye experiencias ajenas a la actividad cotidiana. Habitualmente, son
juegos, preferiblemente al aire libre, pero también en el interior, en los que
existe una competición con objetivos diversos, siendo lo fundamental que los
participantes tengan la oportunidad de aprender de sus propias vivencias en un
ambiente distendido y positivo.
Evidentemente, no se trata de juegos, sin más, para que los
participantes se diviertan, sino de actividades que, según sea el objetivo,
provoquen la necesidad de comunicarse, trabajar en equipo, superar
dificultades, tomar decisiones, etc. Tras los juegos, los participantes deben
reflexionar sobre lo sucedido, y el coach debe facilitar los debates y
contribuir a que la experiencia sea bien aprovechada, teniendo en cuenta, eso
sí, que como sucede siempre que se hace coaching,
son los participantes quienes tienen el protagonismo y deben alcanzar las
conclusiones.
El coaching outdoor
puede tener efectos muy beneficiosos si se administra bien, pero puede quedarse
en simplemente pasarlo bien si no se conduce correctamente, por lo que exige
una buena preparación específica del coach.
¿Cómo se forma un
coach?
Al no ser una profesión reglada, cualquiera puede hacerse
una tarjeta y decir que es un coach. Para poner un poco de orden, algunas
asociaciones extienden certificados que acreditan horas de formación en cursos
que organizan o autorizan ellas mismas, cuya calidad es muy variada. Junto a
cursos buenos, existen otros muy deficientes, y por desgracia han proliferado
los que imparten personas poco preparadas. Algunas universidades avalan cursos
de escuelas de coaching, o como es el
caso de la UNED, tienen títulos propios sobre coaching (véase www.psicologiadelcoaching.es),
lo que garantiza, sobre todo esto último, la seriedad y el rigor científico que
otras instituciones no siempre ofrecen, por lo que estas titulaciones cada vez
se valoran más.
El coach no es un motivador que vende entusiasmo y supuesta
confianza: un vendedor de humo: “cumple tus sueños, si quieres puedes, la
fuerza está en tu interior, bla, bla, bla…”, ni tampoco es un showman de la televisión, ni alguien a
quien le gusta oírse dando consejos, sino un profesional que debe estar bien
preparado para poder asumir la responsabilidad de ayudar a otras personas. Ser
psicólogo ayuda, pero no es necesario serlo; sí lo es aprender la Psicología
inherente a las competencias exigidas para ser un buen coach.
(Para los que estéis interesados en saber más, os dejo el link de una conferencia reciente: https://canal.uned.es/mmobj/index/id/38705
).
¡Buen verano!
Chema Buceta
2-8-2015
Twitter: @chemabuceta
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